"El químico que descubrió el cianuro vivió ese peligro en carne propia: en 1782, Carl Wilhelm Scheele revolvió un pote de azul de Prusia con una cuchara que contenía restos de ácido sulfúrico y creó el veneno más importante de la edad moderna. Bautizó su nuevo compuesto como «ácido prúsico» y reconoció de inmediato el enorme potencial que le otorgaba su hiperreactividad. Lo que no podría haber imaginado es que doscientos años después de su muerte, en pleno siglo XX, tendría tantos usos industriales, médicos y químicos, que cada mes se fabricaría una cantidad suficiente como para envenenar a todos los seres humanos que habitan el planeta."
from "Un verdor terrible (Narrativas hispánicas nº 646)" by Benjamín LabatutTweet
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