Nos levantamos más o menos temprano, y nos vamos a desayunar para disfrutar del mango y otras delicias de Camboya. Aunque teníamos una excursión contratada finalmente la cancelamos porque uno de nosotros estaba mal de la barriga, supongo que al final pasaremos todos por eso. Así que en lugar de la cascada, decidimos quedarnos por el hotel, descansar un poco para tomar fuerzas para el resto del viaje, enviar algunas postales y disfrutar de la piscina.
Yo me subo a un tuctuc que me espera mientras hago algunos recados por el pueblo de Siem Reap, como tirar algunas postales a amigos y familia, pasar por la farmacia y algunas compras. El tráfico en Siem Reap es tranquilo, nada que ver con el kaos de Bangkok, así que apetece más darse una vuelta en tuctuc que en otras ubicaciones. Luego nos vamos a la piscina y descansamos en las hamacas.
Luego nos duchamos y vestimos para ir a comer a una hamburguesería llamada Wat Bong que, aunque no tiene aire acondicionado, sí que dispone de buenas hamburguesas como la que comí yo a base de variante picante o spicy acompañada de ensalada de col. La verdad es que estaba bien, aunque el calor pegaba fuerte y el aire acondicionado brillaba por su ausencia.
Wat Bong, antes conocida como Wat Beast, es una hamburguesería muy popular en Siem Reap, situada en Angkor Night Market Street. Su propuesta combina hamburguesas clásicas con un toque creativo y una amplia oferta vegana claramente señalizada. Entre sus platos más destacados están la “Vegan Burger” con patty de omnimeat, queso vegano y guacamole, así como su famoso mac and cheese disponible también en versión vegetal. Los clientes suelen elogiar el equilibrio de sabores, el pan suave y la calidad de los acompañamientos, destacando la atmósfera acogedora y relajada del local. Gracias a su ubicación céntrica y su compromiso con opciones para todos los gustos, Wat Bong se ha consolidado como un punto de referencia gastronómico tanto para viajeros como para residentes.
Para cenar confié en ChatGPT para que me recomendara, y llegamos a un espectacular y recomendable sitio barato y de excelente calidad: Golden Pumpkin Restaurant. De verdad que os lo recomiendo a todos que paséis por Siem Reap. Al llegar estaba todo lleno de gente local cenando, así que nos ubicaron en una especie de reservado en la parte de arriba. Para pedir te dejan papel y boli para que les indiques los platos y la bebida...
El Golden Pumpkin Restaurant es considerado uno de los rincones gastronómicos más recomendables de Siem Reap por la calidad de su comida y el ambiente que ofrece. Su especialidad son los platos jemeres tradicionales preparados con un toque casero, desde el clásico amok de pescado hasta currys aromáticos, sopas y ensaladas frescas. Los comensales destacan la presentación cuidada, el uso de productos frescos sin aditivos y la excelente relación calidad-precio. El restaurante cuenta con una decoración sencilla pero elegante, con detalles de madera y vegetación que crean un entorno relajado y acogedor, perfecto para quienes buscan una experiencia tranquila lejos del bullicio de Pub Street. El personal es otro de sus grandes atractivos: atento, sonriente y siempre dispuesto a explicar cada plato o adaptar el menú a vegetarianos y veganos. Todo esto convierte al Golden Pumpkin en una parada imprescindible para quienes desean probar la auténtica cocina camboyana en un ambiente amable y hospitalario.
Al salir del restaurante fuimos a dar una vuelta por el night market de Siem Reap, donde las paradas del mercado siguen abiertas después de cenar, y en el que puedes encontrar de todo.
Luego volvimos con un sólo tuctuc los 8... esta vez se trataba de un modelo de tuctuc más grande, aunque nos tuvimos que apiñar para que nos llevara a todos de vuelta al restaurante por tan sólo 3$.
Estas crónicas por Asia continuaran mañana en el post
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