Y una vista del que sería nuestro hotel, las 2 Y que aparecen en segundo plano en la siguiente foto:
Así que justo nos despertamos aterrizando en la espectacular Bora Bora. Por cierto el azafato era enorme, y parecía que fuera jugador de rugby, pero es que una de las azafatas era también así... según nos dijeron en New Zealand, los polinesios tienen facilidad para engordarse.
Al llegar a Bora Bora nos dirigimos al mostrador de nuestro hotel, pues cada uno de los hoteles tenía su propio mostrador. La chica nos pidió los apellidos y nos puso un collar de flores, uno blanco con una flor violeta para Adriana y uno blanco y verde para mi. La chica nos preguntó cuantas baggages (maletas) llevávamos y nos entregó una cintas azules distintivas del hotel que debíamos colocar en las maletas.
Esperamos para recoger las maletas, pero no de una cinta sino directamente de una especie de estanterías metálicas de dos niveles. Así que cuando llegaron las nuestras, las iba recogiendo y colocando cerca de Adriana. Justo en ese momento un hombre y la mujer pusieron las cintas a las maletas y se las llevaron.
Cuando pusieron todas las maletas en la lancha, la mujer nos indicó que podíamos subir a la lancha. Allí estábamos con otras 4 parejas, supongo que también de honeymooners. Y llegamos al embarcadero de nuestro hotel, donde un tío vestido de una forma peculiar al estilo de Polynesia nos recibió haciendo sonar un instrumento de viento.
Nos ayudaron a salir a nosotros y a otra pareja (los demás iban a otro hotel), y nos dijeron que nos despreocupáramos de las maletas. Un hombre nos dió la bienvenida, me pidió que le diera la bolsa de mano, y que yo estaba de vacaciones que ya me la llevaba. En un carrito como los de golf nos llevaron hasta la recepción del hotel, y nos sentaron delante de una espectacular vista de una montaña tipo volcán y del agua transparente casi a nuestro pies. Nos sirvieron un zumo creo que de mango bien fresquito y allí sentados hicimos el check-in. Vaya alucine!!!
Cuando acabamos el mismo señor hablando en español nos dió un recorrido por el hotel, y nos llevó finalmente a nuestra villa... impresionante!!!!!
Las maletas ya estaba allí, y nos enseñó todas las estancias de la habitación de hotel más increible donde nos hemos alojado Adriana y yo nunca jamás. La habitación la denominan Villa Emerald Overwater en el Intercontinental Resort & Thalasso Spa Bora Bora. Esto es un sueño hecho realidad!!!
Por la noche fuimos a cenar a uno de los restaurantes del hotel. Nos maqueamos un poco, y al llegar nos preguntaron si teníamos reserva... pues no. Nos hicieron esperar 10 minutos en el bar por si picábamos algún aperitivo, para luego servirnos una cena a la carta estilo francés de lo más de guais. Todo ello acompañado con un vino blanco chileno llamado Los Boldos... muy bueno!!! Una cena perfecta para nuestro primer dia en Bora Bora.
Y ya os contaré más de nuestro final de Luna de Miel en Bora Bora...
Al llegar a Bora Bora nos dirigimos al mostrador de nuestro hotel, pues cada uno de los hoteles tenía su propio mostrador. La chica nos pidió los apellidos y nos puso un collar de flores, uno blanco con una flor violeta para Adriana y uno blanco y verde para mi. La chica nos preguntó cuantas baggages (maletas) llevávamos y nos entregó una cintas azules distintivas del hotel que debíamos colocar en las maletas.
Esperamos para recoger las maletas, pero no de una cinta sino directamente de una especie de estanterías metálicas de dos niveles. Así que cuando llegaron las nuestras, las iba recogiendo y colocando cerca de Adriana. Justo en ese momento un hombre y la mujer pusieron las cintas a las maletas y se las llevaron.
Cuando pusieron todas las maletas en la lancha, la mujer nos indicó que podíamos subir a la lancha. Allí estábamos con otras 4 parejas, supongo que también de honeymooners. Y llegamos al embarcadero de nuestro hotel, donde un tío vestido de una forma peculiar al estilo de Polynesia nos recibió haciendo sonar un instrumento de viento.
Nos ayudaron a salir a nosotros y a otra pareja (los demás iban a otro hotel), y nos dijeron que nos despreocupáramos de las maletas. Un hombre nos dió la bienvenida, me pidió que le diera la bolsa de mano, y que yo estaba de vacaciones que ya me la llevaba. En un carrito como los de golf nos llevaron hasta la recepción del hotel, y nos sentaron delante de una espectacular vista de una montaña tipo volcán y del agua transparente casi a nuestro pies. Nos sirvieron un zumo creo que de mango bien fresquito y allí sentados hicimos el check-in. Vaya alucine!!!
Cuando acabamos el mismo señor hablando en español nos dió un recorrido por el hotel, y nos llevó finalmente a nuestra villa... impresionante!!!!!
Las maletas ya estaba allí, y nos enseñó todas las estancias de la habitación de hotel más increible donde nos hemos alojado Adriana y yo nunca jamás. La habitación la denominan Villa Emerald Overwater en el Intercontinental Resort & Thalasso Spa Bora Bora. Esto es un sueño hecho realidad!!!
Por la noche fuimos a cenar a uno de los restaurantes del hotel. Nos maqueamos un poco, y al llegar nos preguntaron si teníamos reserva... pues no. Nos hicieron esperar 10 minutos en el bar por si picábamos algún aperitivo, para luego servirnos una cena a la carta estilo francés de lo más de guais. Todo ello acompañado con un vino blanco chileno llamado Los Boldos... muy bueno!!! Una cena perfecta para nuestro primer dia en Bora Bora.
Y ya os contaré más de nuestro final de Luna de Miel en Bora Bora...