Nos levantamos bastante temprano, y es que habíamos contratado una excursión para comprovar que Queenstown es la capital de los deportes de aventura. Así que después de desayunar a toda lechenos subimos a una pequeña furgoneta que nos conduciría del hotel a la "atracción".
Entre todas las opciones escojimos Aqua Park Safari ya que se trataba de la excursión más completa de las que daban a elegir, y tampoco era delasmás frikies para los amantes de las películas de El Señor de Los Anillos de Peter Jackson. Y es que las películas se rodaron en las montañas que hay en esta zona: Parque Nacional del Monte de la Aspiración (Mount Aspiring National Park).
El recorrido en furgoneta de unos 40 km nos llevó alrededor del lago Wakatipu Lake, que es el segundo lago más grande de la isla sur de New Zealand con 84km de largo y 400 metros de profundidad.
Al final del recorrido llegamos a una cabaña en la que pagamos el precio de 199 NZ$ y nos dieron un buen canguro con capucha y que abrigaba bastante, así como un salvavidas. Luego la misma furgoneta nos llevó hasta una lancha que nos hizo un bonito recorrido y a la vez con adrenalina. Y es que Christian nos iba parando para explicar las zonas, las montañas, y recordaba alguna de las escenas de la película. Pero también conducía a toda leche la lancha amagando en piedras, y haciendo en ocasiones giros de 360 grados que dejaban a más de uno empapado.
Luego nos sirvieron lo que parecía chocolate caliente, peor en realidad era sopa de tomate, a la que al principio rehuí, pero que al final me sentó perfectamente dado el frío que hacía en la lancha. A continuación, dimos un bonito paseo por un bosque muy espeso con cantidad de árboles con los que no parábamos de hacernos fotos. Es curioso ver la cantidad de musgo que sale, por la cantidad de precipitación, y que gracias a ella no deben recoger los árboles caídos ya que quieren que estos mismos sirvan de adobo para el resto de árboles sin peligro a incendios.
Para acabar la excursión comimos algo en una cafetería de esa zona, de esas típicas con pasteles hechos por ellos mismos así como pastas.
De regreso a Queenstown, aunque sea la capital de la adrenalina y de los deportes de aventura, optamos por relajarnos. En el pueblo no paraba de llover, pero aún así decidimos ir a visitar el paseo por el lado del lago Wakatipu y su bonito jardín botánico. Y es que nos ibamos turnando para sujetar el paraguas e ir haciendo fotos a las variedades de árboles espectaculares.
Para relajarnos aún más entramos en un bar llamado Old Man Rock y al lado de un hogar nos pusimos a charlar y a ver anochecer. Al salir del bar no me encontraba demasiado católico así que opté por una sopita de tomate, mientras que Adriana se tomó una sopita de patata. Es curioso ver como en todas las sopas los neozelandes, seguramente influenciados por los asiáticos, ponen algún tipo de picante haciendo que las sopas no sepan de la misma forma que en Europa.
De allí nos fuimos a dormir al hotel...
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