sábado, mayo 29, 2010

HoneyMoon 24: Christchurch 3

Dejé el anterior post recorriendo la última ciudad de nuestro viaje a Nueva Zelanda...

Después de ver la zona del centro, nos fuimos a ver la playa de Sumner, que es la playa más concurrida de la ciudad de Christchurch. Se trata de un clima que no permite disfrutar de muchos días de sol y playa, pero es común que esté concurrida en las épocas de Navidad y algunos días de Enero y Febrero, ya que es la época en que New Zealand tiene su particular verano. Y es que muchos días de playa no tienen...
Aunque soplaba el viento y hacía frío, varios surfistas con su traje de neopreno intentaban coger alguna de las olas que entraban en la playa de Sumner. La zona estaba antes fuera de Christchurch, pero los límites de la ciudad crecieron, y era antes conocida por sus locales fiesta e incluso por sus burdeles.

La ciudad de Christchurch es conocida por la ciudad de los jardines, ya que la gente suele tener parcelas de 700 metros cuadrados con jardín, mientras que la media neozelandesa es de 500 m2, lo que no permite un buen jardín. Las autoridades recomiendan que la gente no corte el pasto del jardín oara que resista el invierno, a diferencia de lo que la gente hace en otras zonas del mundo.

Es curioso que en Christchurch es donde hay más concesionarios de segunda mano por habitante en Nueva Zelanda, y creo que en el mundo. Resulta que los coches asiáticos de segunda mano que llegan a New Zealand no deben pagar tarifa, y después de que se quejara Ford también pasará lo mismo con los coches europeos.

La razón de esta gran cantidad de coches de segunda mano asiáticos es porque en países como Singapur se exige una fuerte revisión a los 6 años, por lo que sus propietarios acaban vendiendo el coche y comprándose uno nuevo para no hacer gastos en las modificaciones. Así pues estos coches acaban llegando a sitios como New Zealand.

Un estudio reciente entre los neozelandeses que se publicó revelaba que las cuentas corrientes de sus habitantes estaban de media a menos 500 NZ$, lo que indica que sus habitantes no son nada ahorradores y que se lo gastan todo. Y eso que los neozelandeses no viajan casi nada, quizá sólo a Tahiti, Fiji y Tailandia, o como mucho van a United Kingdom (Reino Unido) a ver sus familiares ingleses.

Siguiendo el recorrido por la ciudad, visitamos el jardín botánico de Christchurch. En este parque destacaban su espectaculares árboles de todo tipo, incluído un Ginko bilova, sequoyas californianas, helechos neozelandeses y otras especies autóctonas. Además entramos en un invernadero donde habían bonitas flores tropicales, ciclámenes, cáctus y orquídeas. De las distintas variedades de orquídeas, había incluso de carnívoras.

Por cierto, en Christchurch se encuentra el tercer parque más grande del mundo dentro de una ciudad, por detrás del Central Park de New York (USA) que es el primero del mundo (ver posts de New York Project en Emeshing.com) y el Hyde Park de London (UK) (ver los posts de London en Emeshing.com).

Después nos fuimos a dar una vuelta por un mercadillo que montan los sábados y los domingos, y por el que Adriana insistió de ir. Se trataba de un mercadillo un poco jipi donde podías encontrar pulseras, pendientes, botas, piezas de madera, bufandas, gorros, entre otros complementos sobretodo para chicas.

Para comer en Christchurch fuimos a un bar-restaurante bastante fashion ubicado al lado del Arts Center, un museo dedicado al arte moderno con exposiciones itinerantes. La comida estuvo muy bien a base de bocatas, ensaladas y buggles. Adriana se tomó un buggle de semillas de girasol, con salmón, aguacate (avocado) y crema de queso, Mientras yo me tomé una especie de hamburguesa pero la carne estaba en plan entrecot, así que los mordisco tenías que darlos bien, mientras se te iba destrozando el sandwitch, todo ello acompañado de patatas fritas y ketchup.

Para acompañar la comida pedimos cerveza, y de postre un pastel de moras y brownie de chocolate. El café suele ser muy aguado en New Zealand, como si se tratara de café americano, pero en esta ocasión acertamos. El cortado lo pedimos como "short black with a little milk" y quedó perfecto, como si fuera un café italiano... como los de Roma¿¿??

Para bajar la comida recorrimos una parte de Christchurch, cruzando uno de los puentes que cruza el río Avon en dirección a la catedral. En el camino unas curiosas cabinas telefónicas parecidas a las de London, y un tranvía turístico destacaban ubicados entre edificios de estilo victoriano y eduradiano, mientras otros mucho más modernos se intercalaban.

Al llegar a la plaza frente a la catedral hicimos distintas fotos sorteando la llúvia, e intentamos encuadrar la panorámica de una especie de cono invertido que han ubicado en la plaza con la catedral de Christchurch de fondo. Resulta que convocaron un concurso para encontrar la mejor propuesta y ganó este cono invertido con lo que parecen ser flores de colores gris y azul por dentro, y que costó la friolera de 2 millones de dólares neozelandeses.

Entramos en la Christ Church Cathedral, donde nos gustó su curiosa decoración al estilo anglicano, así como el bonito rosetón ubicado justo encima de la puerta principal. Se escuchaba música del enorme órgano que estaba rodeado de banderas de varios países pero sobretodo de una enorme bandera neozelandesa, es curioso ver banceras dentro de una iglesia.

Vimos un tablón en que la gente colgaba prayers (plegarias), así que no lo dudé ni un minuto. Cogí uno de los papeles, pedí un boli, y me puse a escribir la mía: "Por los recién casados del 15 que nos vinimos de luna de miel a New Zealand".

Luego nos pateamos la calle más comercial de Christchurch con todo tipo de tiendas de deporte, de lana, y a partir de allí de lo que queráis... A partir de allí volvimos al hotel a descansar ya que habíamos quedado para cenar.

La cena con el grupo del tour la hicimos en el restaurante italiano Valentino's, especializados en pizza y pasta. Cenamos una ensalada y unas pizzas y nos reímos un rato. Luego probamos otro local de fiesta, antes de despedirnos todos... y es que nuestra estancia en New Zealand llega a su final. Ohhhhhh!!!

To be continued

2 comentarios:

Raventós dijo...

Me extrañó que en esa playa de surfistas no te hubieses marcado unas olas, siendo como eres un surfista experimentado....;)

emeshing dijo...

Raventós,
Las clases en la playa de Zurriola de San Sebastián, quizá no fueran suficientes para esas olas...