Nos levantamos a las 8:15h para poder ducharnos, vestirnos con ropa cómoda, cerrar las maletas como pudimos, y desayunar por última vez en el hotel de Christchurch para tomar rumbo al aeropuerto. La mayoría de las otras parejas que nos acompañaban ya se habían ido en otros vuelos, y ahora nos tocaba a nosotros.
Llegamos al aeropuerto y conseguimos que la pareja de andorranos fueran en el mismo avión que nosotros, aunque en asientos bastante separados.
Mientras estábamos en los mostradores circulares de Air New Zealand otra pareja de catalanes nos oyó y nos comentaron su recorrido y que también iban a Bora-Bora. Lo que no sabíamos es que un pequeño maremoto o tornado había destrozado algunos hoteles de la zona... luego nos enteraríamos que nuestro hotel estaba perfecto.
Al llegar a la puerta de embarque, me hizo gracia el cartel ubicado en el finger de Air New Zealand como patrocinador del equipo de Nueva Zelanda de rugby que reza: "Fanatical sponsor of the All Blacks":
Embarcamos en un Boeing 737 - 300 y nos ubicaron en los asientos delanteros, mientras que nuestros amigos se sentaban al lado de un hombre a quien todo el mundo pedía autógrafos, y que deducimos que se trataba de alguien famoso aún sin conocerlo. Una de las curiosidades del vuelo fue que los caramelos los repartieron dos niños a quien la azafata brindó ese trabajillo a cambio de una taza de leche o chocolate caliente. A mi los caramelos no me sirvieron de mucho porque en el aterrizaje los oídos me zumbaban de la presión...
En el aeropuerto de Auckland teníamos un rato muerto así que aprovechamos para comer algo, y recorrer las tiendas para gastar los dólares del Monopoly, digo neozelandeses que nos habían sobrado. Por cierto, intenté hacer el cambio en una de las oficinas de cambio pero entre que no tenían billetes de €uro más pequeños que de 50€ y que se tenía que pagar una comisión de 15$, preferimos patearnos el dinero antes que se lo quedaran estos negociantes.
El control de seguridad en Auckland fue muy exhaustivo. Primero entregamos el papel naranja que debes rellenar a la salida del país, y enseñar el pasaporte y la tarjeta de embarque. Luego un control por el arco, y con todo el equipaje de mano. Tuvimos que ayudar a la pareja andorrana ya que una de sus maletas de mano pesaba demasiado... algo parecido a los que nos pasó en el aeropuerto de San Francisco (ver post de California Project).
Curiosamente, aunque no pitamos ni Adriana ni yo en el arco, nos cachearon con una máquina para ver si llevábamos algún metal y luego cogieron algunas de nuestras bolsas para pasar un papel y ver si había estado en contacto con explosivos.
Luego fuimos a recoger algunas de nuestras compras, ya que debes recogerlas una vez has pasado el control de equipaje. Además aprovecharnos para gastarnos los últimos dólares con las revistas Wired para mi y Vogue para Adriana, y una chocolatina.
De alli nos fuimos a la gate 6 desde donde efectuamos el embarque al avión Airbus A340-300 operado por la aerolínea Air Tahiti Nui. Como curiosidades del vuelo comentar el especial atuendo de las azafatas, trajes típicos de la Polynesia que se van cambiando durante el vuelo. Además reparten el menú de la comida, y te dejan repetir de bebida varias veces.
Nosotros pedimos champagne para brindar por nuestra luna de miel...
Otra de las curiosidades es la cantidad de parejas que hay en el avión, suponemos que de recién casados... y un japonés que tengo a mi lado que se está pasando todo el vuelo jugando con el iPad a todo tipo de juego. Es el tercer iPad que veo desde que salí de Barcelona, y eso sin contar con lo que he visto en tiendas.... qué rabia dan!
Emeshing desde el avión cambiando de un GMT+12 a un GMT-10... 22 horas hacia atrás que nos permitirán casi viajar en el tiempo llegando un día antes a nuestro destino.
Tweet
No hay comentarios:
Publicar un comentario