Varios países, entre ellos Francia, están desarrollando un nuevo plan para crear nuevas centrales nucleares que aseguren el suministro eléctrico para los año venideros. Estos países hacen caso omiso a las peticiones de muchas organizaciones, como GreenPeace, que piden la desaparición de estas centrales al tratarse con materiales altamente nocivos por su radioactividad... y no hace falta remontarse al accidente de Chernobyl de 1986.
Pues bien, en el libro que me estoy leyendo de Ken Follet titulado Triple, y que por cierto me está gustando muchísimo, reflexionan acerca de la energía nuclear, las bombas nucleares y el supuesto nivel inocuo y limpio de la energía atómica...
En la página 110 del libro comentan: "El físico del Instituto Weizmann había dicho No hay nada que pueda considerarse un nivel inocuo de radiación. Este tipo de comentario hace pensar en la radiación como en el agua de una piscina: si tiene un metro veinte de profundidad no hay peligro, si tiene más de dos metros, usted se ahoga."
Y sigue con esta excelente reflexión: "Pero en realidad los niveles de radiación son mucho más comparables con la velocidad en las carreteras, ir a cincuenta por hora es más seguro que ir a ciento treinta, pero no tanto como ir a treinta, y la única forma de estar completamente a salvo es no subir a un coche".
La verdad es que Ken Follet tiene razón en su reflexión, como la tenía Chuck Palahniuk en su reflexión sobre el Irritante efecto mirón que produce los atascos...
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1 comentario:
Respecto a las nucleares, soy de la opinión de que el verdadero peligro está en los residuos. Bueno, en la gestión de los mismo. Para lo demás hay tecnología de sobra como para que sea seguro.
Si un día conseguimos fusión, os avisamos :)
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