A continuación un artículo sobre quizás uno de los peores aeropuertos en los que he estado: Glasgow Prestwick. Cuando estuve en este aeropuerto a 50km de Glasgow, todas las tiendas estaban cerradas aun siendo un jueves por la mañana, no había taxis, ni garitos de empresas de alquiler, y los autobuses eran muy limitados.... vaya un desastre si vas de viaje a Escocia y aterrizas allí... mejor Edimburgo!!!
Un aeropuerto con pasado glorioso
El aeropuerto de Glasgow Prestwick (PIK), situado a unos 50 km al suroeste de Glasgow, es uno de los más peculiares del Reino Unido. Su historia está marcada por contrastes: en sus orígenes fue un referente internacional y hoy lucha por mantenerse relevante frente a competidores mucho más grandes y modernos.
Fundado en la década de 1930, rápidamente se convirtió en un punto clave de las rutas transatlánticas. Durante la Segunda Guerra Mundial, jugó un papel estratégico como base aérea y, más tarde, fue la única terminal escocesa capaz de recibir vuelos directos de larga distancia, incluido el mítico Concorde.
La construcción de una estación ferroviaria propia en 1994 —única en Escocia conectada directamente a un aeropuerto— reforzó su atractivo. En aquellos años, Prestwick parecía destinado a consolidarse como una gran puerta de entrada aérea al país.
Del esplendor al declive
El panorama cambió radicalmente con la expansión de los aeropuertos de Glasgow International y Edimburgo, ambos mejor ubicados y con mayor capacidad de atraer aerolíneas internacionales. Prestwick quedó relegado, sobreviviendo gracias a compañías de bajo coste como Ryanair, que durante años fue su principal motor de pasajeros.
Sin embargo, esa dependencia se convirtió en un arma de doble filo. Cada ajuste en la estrategia de Ryanair tenía consecuencias directas en el tráfico y las finanzas del aeropuerto.
En 2013, la situación era tan crítica que el aeropuerto fue vendido al Gobierno escocés por solo £1. La medida buscaba evitar el cierre, ya que Prestwick daba empleo a cientos de personas y mantenía un ecosistema industrial de mantenimiento aeronáutico y operaciones de carga.
Desde entonces, el aeropuerto ha sobrevivido gracias a una orientación más industrial que comercial: es un hub logístico 24/7, con ingresos relevantes en carga aérea, venta de combustible a aeronaves militares y como base de mantenimiento para aerolíneas.
Pero todo ello ha tenido un coste: la experiencia del pasajero. Las tiendas son escasas, los servicios mínimos y las conexiones en transporte público no resultan tan atractivas para el viajero que busca rapidez y comodidad.
Presente y futuro: entre carga y turismo
Hoy Prestwick ofrece vuelos regulares principalmente a destinos de España, Italia y Portugal, con apenas dos salidas diarias de media y picos estacionales en verano. La ruta más frecuente es a Tenerife, con seis vuelos semanales, lo que representa una quinta parte de su tráfico.
El aeropuerto se encuentra en una paradoja: por un lado, es un activo estratégico para Escocia en materia de logística y defensa; por otro, sus limitadas conexiones y servicios hacen que muchos pasajeros lo perciban como un aeropuerto de “segunda categoría”.
No obstante, hay señales de vida. En 2025, TUI anunció diez nuevas rutas para reforzar la oferta vacacional desde Prestwick hacia el Mediterráneo. Esto abre la puerta a un posible renacimiento del tráfico de pasajeros, siempre que logre mejorar la experiencia de viaje y competir con sus rivales más cercanos.
Conclusión
El Aeropuerto de Glasgow Prestwick es un símbolo de la aviación escocesa: de la gloria del Concorde a la realidad de la carga militar; de las grandes promesas a la supervivencia con servicios mínimos. Su futuro dependerá de equilibrar su rol industrial con una apuesta más sólida por el pasajero.
En definitiva, Prestwick es un recordatorio de cómo la historia, la ubicación y las decisiones estratégicas pueden marcar para siempre el destino de un aeropuerto.
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