"El caso es que, controlado lo de Gürtel, lo de la Casa Real... cargos de libre designación aún faltaba por llegar. Cuando se fue Viana por lo del DNI de la infanta y pusieron a Santiago Menéndez a dirigir la Agencia Tributaria, quedaba libre la jefatura de la ONIF y fue nombrada Margarita García-Valdecasas.
Hasta que un día la Guardia Civil se presentó en su casa porque su marido - sí, nada más y nada menos que el esposo de la jefa de la Oficina Antifraude - estaba acusado de liderar una red de evasión de impuestos para grandes fortunas.
El diario El Confidencial contó que hasta quinientas fortunas españolas se aprovecharon de una trama de gestores liderada por Alejandro Pérez Calzado, casado con García-Valdecasas"
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