Esperar es de esas circunstancias que llevo peor. De la misma forma que no me gusta esperar tampoco me gusta que me esperen, asi que intento ser puntual en la medida de lo posible.
Cuando esperas el metro, sabes que no tardará más de 5 minutos (si no hay avería u obras), pero si se trata de un autobus el tiempo de espera en la parada es una incógnita, pues depende del trafico del momento y de la cantidad de pasajeros en las anteriores paradas.
Pero la peor de las esperas de los transportes es la del avión. Ya de por si el hecho de coger un vuelo implica el desplazamiento hacia el aeropuerto, las colas para el checkin y para el control. Pero la peor espera es hasta que el avión esta listo para que los pasajeros embarquen, y eso si no hay un retraso de última hora que te tenga horas en el aeropuerto sin indicaciones claras de la nueva hora de partida.
Aun y así hay peores esperas en la vida, y no se tratan ni de esperar alguien ni de esperar al transporte público. Se trata de las esperas a una sentencia, un resultado, una nota o una decisión. Esas esperas hacen que le des 20 vueltas a la cabeza pensando en que te deparará el futuro...
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