Hoy nos levantamos más temprano que nunca desde que estamos en Bora Bora, creo que eran las 7:30h y el sol ya salía con fuerza. Así que nos dimos un chapuzón a orillas de la Villa, nos duchamos, y a desayunar del bufet libre. Esta vez el desayuno incorporó una tortilla de queso para mi, y una de queso y jamón para Adriana.
Después fuimos a comprar más sellos para tirar las últimas postales del viaje, antes de emprender el camino del Hotel Intercontinental Resort & Thalasso Spa Bora Bora hasta el Le Meridien Bora Bora. El camino empieza en la capilla, donde te dan la opción de casarte con el rito polinesio.
Luego al llegar al Océano Pacífico hay varios carteles que te desaconsejan que te salgas de los dominios del hotel, pero como ya habían pasado ellos... pues seguimos adelante. El camino discurre paralelo al océano con una espectacular vista del cambio de color del agua del mar desde el motu a la barrera de coral, con un color verdáceo transparente, y a partir del coral hacia el horizonte, con un profundo azul oscuro.
Después el camino se iba complicando con más piedras, y vimos alguna que otra casa al estilo Lost... en serio que la isla tiene muchas semejanzas y es que la serie se filmó en Hawaii que está relativamente cerca (almenos tiene la misma zona horaria). Al continuar el camino pasamos por un helipuerto, y más casas, pero luego el camino entraba al interior siguiendo el curso de un río. Entonces vimos un puente que cruzaba el río y entendimos que era la entrada en el hotel Le Meridien.
Para llegar al puente tuvimos que pasar por debajo de una valla, y al llegar a pisar el puente un segurata del hotel nos llamó. Le explicamos que veníamos a ver unos amigos honeymooners como nosotros que se hospedaban en elhotel. El hombre nos dijo que teníamos que haber avisado a recepción porque no nos podía dejar pasar. Gracias a Adriana conseguimos poder llamar desde el puesto de vigilancia a la recepción del hotel Le Meridien y decir los nombres y la habitación, así que al final nos dejaron pasar.
Llegamos hasta la habitación con playa privada donde se alojaban nuestros amigos y estuvimos por la mañana con ellos. Primero haciendo snorkel viendo peces, coral y unas enormes tortugas.
Luego fuimos a la piscina donde brindamos con cerveza de la tierra, en concreto de la marca Hinano. Y de vuelta a la habitación tuvimos la oportunidad de ver más tortugas aun más grandes y unos peces muy alargados de los que no sé su nombre.
El camino de vuelta al hotel lo modificamos un poco para no tener que dar explicaciones al segurata del puente, así que nos alejamos más hasta llegar bordeando el mar hasta el hotel.
Luego cogimos la lancha que nos llevaba a la isla porque Adriana se había quedado con las ganas de ver más perlas, así que estuvimos viendo perlas de todos los colores... Cuando regresamos tuvimos que correr, ya que veíamos que la lancha se iba sin nosotros pero muy amablemente regresaron a buscarnos para llevarnos de nuevo al hotel. Al llegar de nuevo a la Villa nos dimos otro chapuzón, para variar... es que parece que no te puedas cansar nunca de este agua tan transparente.
Emeshing escribiendo el post desde la terraza de la Villa mientras va desapareciendo el sol en Bora Bora.
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