Lo había dejado mientras escribía desde la terra de la espectacular Villa Emerald Overwater donde nos alojamos... lo recomiendo a todos mis amigos, teneis que venir alguna vez, cualquirr escusa es buena... no os arrepentiréis!!!
Pues bien, después de estar un rato con el portátil netbook Toshiba escribiendo posts pendientes en la terraza, me conecté a Internet desde la habitación al módico precio de 1500Polynesian Francs (o algo así) la hora. Nosotros aplicamos un redondeo para el cambio sacando dos ceros, es decir dividiendo por 100, lo que vendrían a ser 15€ la hora o allgo menos: el precio más caro de todas las conexiones del viaje... pero mis fans me lo pedían (jeje).
Antes de conectarme llamé al consierge para preguntar el precio de la wifi que hay en las zonas comunes del hotel como el bar, la piscina y en otras zonas... pero el precio era el mismo que desde la habitación, así que decidí quedarme en la Villa y subir los posts desde allí. Y es que en algunos hoteles de New Zealand podías disfrutar de los primeros 20 minutos gratis desde el lobby, e incluso en Christchurch me llegué a conectar con la free wifi del hotel de al lado.
Nos pegamos un baño mientras se iba el sol, nos duchamos, y nos maqueamos de nuevo para cenar donde habíamos reservado mesa para un buffet de comida japonesa a base de arroz, noodles, pero sobretodo mucho sushi. Había infinidad de sushi maki, y lo que más me gusta a mi, sushi nigiri recién cortado de un peazo salmón y de tuna (atún), todo ello sazonado con salsa de soja. Mientras cenábamos, dos tíos estuvieron cantando versiones tranquilas de Beatles y Sting entre otros acompañando con guitarras.
Fue una velada muy tranquila, y aunque a Adriana no le va mucho la comida japonesa, creo que cenamos bastante bien. Incluso fuimos los últimos en salir del restaurante, y en la última canción fuimos los últimos en escucharla y aplaudir.
Emeshing desde la Luna de Miel en Bora Bora
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