"En el tipo de organización más intenso, sus miembros alternan únicamente con otros miembros. Se olvidan de sus familias y del mundo exterior. A cambio, experimentan fuertes sentimientos de pertenencia, y tal vez accedan a «verdades» esotéricas inaccesibles para el común de los mortales. Tenemos una palabra para ese tipo de organizaciones: culto. Las culturas de dedicación total son vistas como una locura desde fuera, en parte porque los cultos más conocidos eran homicidas: Jim Jones y Charles Manson no salieron bien parados. Sin embargo, los emprendedores deberían tomarse en serio las culturas de la dedicación extrema: ¿tener una actitud tibia hacia el trabajo es signo de salud mental? ¿Es la actitud meramente profesional el único enfoque sano? El extremo opuesto a un culto es la empresa de consultoría Accenture: no sólo carece de una misión distintiva propia, sino que sus consultores se dedican sistemáticamente a entrar y salir de compañías con las que no tienen ningún tipo de conexión a largo plazo. Toda cultura empresarial se puede trazar en un espectro lineal: Las mejores startups se consideran ligeramente menos extremas que los cultos. La gran diferencia es que los cultos tienden a estar fanáticamente equivocados sobre algo importante. La gente que trabaja en una startup de éxito está fanáticamente en lo cierto sobre algo que al resto de la gente de fuera se le escapa. No vas a aprender ese tipo de secretos de los consultores, y no debe preocuparte que tu compañía no tenga sentido para los profesionales convencionales. Es preferible que os tilden de culto, o incluso de mafia."
from "De cero a uno: Cómo inventar el futuro" by Peter Thiel, María Maestro Cuadrado
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