Este post es la continuación de Roma Connection (3/10)
Hoy me costó levantar, pero después de ducharme, ya tenía ganas de desayunar y patear Roma. La noche anterior habíamos quedado en un bar cerca del hotel para hacer un café latte y una pasta.
Se ve que los italianos no suelen sentare para desayunar, se toman el espresso de pie junto a un panini. En cambio nosotros, nos sentamos en una mesita y, con toda la calma que te permiten las vacaciones, desayunamos sentados y planificando el día.
En la estación de metro de Marconi estrenamos el Roma Pass en dirección a Rebibbia. De nuevo nos bajamos en Colosseo, ya que el planning de hoy nos llevaba a visitarlo.
Gracias al Roma Pass nos colamos saltando la cola (no muy larga) que había para acceder. Así que pudimos visitar uno de los primeros estadios de la historia, donde en lugar de futbol se disputaban luchas entre humanos, y entre fieras y hombres.
En concreto el Coliseo tenía un aforo de hasta 50.000 espectadores, con lo que yo me atrevería a decir que este tipo de construcciones fue la antesala de los campos de futbol, como el Camp Nou con capacidad de más de 100.000 espectadores.
Al salir pasamos por el Circo Massimo, que me recordó a los circuitos tipo Montmeló o Indianapolis, en este caso obalado con capacidad de 250.000 espectadores! La verdad es que no se conserva casi nada del Circo Massimo, pero los romanos conservan el espacio a modo de parque.
Entonces segimos andando por la Via de San Gregorio desde el Arco di Tito, luego por la Via del Cerchi dentro del Circo Masimo, y finalizamos el recorrido en una bonia iglesia medieval donde se encuentra La Boca della Verità.
Seguro que os suena de películas como Vacaciones en Roma, o de réplicas para películas como Big. En Vacaciones en Roma, Gregory Peck simula perder la mano en La Boca della Verità dando un susto de muerte a Audrey Hepburn.
Al salir cogimos un bus hasta la Piazza Venezia, y de allí andando hasta la Piazza della Minerva. Luego visitamos la bonita Piazza della Rotonda, que se encuentra justo delante del Panteón.
Preguntamos por una famosa heladería, la heladería Giolitti que nos habían recomendado. La verdad es que los italianos hacen unos helados bueníssimos, y nos lo comimos en la teraza de la heladería.
Luego visitamos el Panteón, que actualmente es una capilla redonda con una abertura circular en la cúpula que deja pasar tanto la luz como el agua de la lluvia.
Andando, andando llegamos hasta la Piazza Navona, una curiosa plaza con forma obalada en la que los pintores de todo tipo se distribuyen entre las numerosas fuentes.
Para comer nos dejamos recomendar, y fuimos al Cul de Sac. Se trata de un restaurante mediterraneo en la Piazza Pasquino, que se caracteriza por su carta extensísima de más de 1.500 vinos, la mayoría italianos.
Hago el post desde una de las terrazas de la Piazza della Rotonda, que aparece en la película Duplicity, y me hacía gracia emular a los protas. Por cierto, los cappuccinos de esta ciudad y en general los cafés están muy buenos!
Si quieres seguir leyendo, la crónica continúa en Roma Connection (5/10)
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