lunes, mayo 31, 2010

HoneyMoon 29: Bora Bora 1

En el vuelo de Papeete, en la isla de Tahiti, a Bora Bora la verdad es que ni Adriana ni yo disfrutamos de las vistas. Justo después del zumo de piña que nos dieron las azafatas y el azafato de Air Tahiti Nui, nos quedamos plegados en el asiento aprovechando el trayecto para dormir... aunque se veían vistas de este tipo:
Y una vista del que sería nuestro hotel, las 2 Y que aparecen en segundo plano en la siguiente foto:

Así que justo nos despertamos aterrizando en la espectacular Bora Bora. Por cierto el azafato era enorme, y parecía que fuera jugador de rugby, pero es que una de las azafatas era también así... según nos dijeron en New Zealand, los polinesios tienen facilidad para engordarse.

Al llegar a Bora Bora nos dirigimos al mostrador de nuestro hotel, pues cada uno de los hoteles tenía su propio mostrador. La chica nos pidió los apellidos y nos puso un collar de flores, uno blanco con una flor violeta para Adriana y uno blanco y verde para mi. La chica nos preguntó cuantas baggages (maletas) llevávamos y nos entregó una cintas azules distintivas del hotel que debíamos colocar en las maletas.

Esperamos para recoger las maletas, pero no de una cinta sino directamente de una especie de estanterías metálicas de dos niveles. Así que cuando llegaron las nuestras, las iba recogiendo y colocando cerca de Adriana. Justo en ese momento un hombre y la mujer pusieron las cintas a las maletas y se las llevaron.

Cuando pusieron todas las maletas en la lancha, la mujer nos indicó que podíamos subir a la lancha. Allí estábamos con otras 4 parejas, supongo que también de honeymooners. Y llegamos al embarcadero de nuestro hotel, donde un tío vestido de una forma peculiar al estilo de Polynesia nos recibió haciendo sonar un instrumento de viento.
Nos ayudaron a salir a nosotros y a otra pareja (los demás iban a otro hotel), y nos dijeron que nos despreocupáramos de las maletas. Un hombre nos dió la bienvenida, me pidió que le diera la bolsa de mano, y que yo estaba de vacaciones que ya me la llevaba. En un carrito como los de golf nos llevaron hasta la recepción del hotel, y nos sentaron delante de una espectacular vista de una montaña tipo volcán y del agua transparente casi a nuestro pies. Nos sirvieron un zumo creo que de mango bien fresquito y allí sentados hicimos el check-in. Vaya alucine!!!

Cuando acabamos el mismo señor hablando en español nos dió un recorrido por el hotel, y nos llevó finalmente a nuestra villa... impresionante!!!!!
Las maletas ya estaba allí, y nos enseñó todas las estancias de la habitación de hotel más increible donde nos hemos alojado Adriana y yo nunca jamás. La habitación la denominan Villa Emerald Overwater en el Intercontinental Resort & Thalasso Spa Bora Bora. Esto es un sueño hecho realidad!!!

Por la noche fuimos a cenar a uno de los restaurantes del hotel. Nos maqueamos un poco, y al llegar nos preguntaron si teníamos reserva... pues no. Nos hicieron esperar 10 minutos en el bar por si picábamos algún aperitivo, para luego servirnos una cena a la carta estilo francés de lo más de guais. Todo ello acompañado con un vino blanco chileno llamado Los Boldos... muy bueno!!! Una cena perfecta para nuestro primer dia en Bora Bora.

Y ya os contaré más de nuestro final de Luna de Miel en Bora Bora...

HoneyMoon 28: Tahiti

Nos despertamos bastante temprano en el hotel de Tahiti, en concreto el Hotel Radisson Plaza Resort. Abrimos las cortinas y la ventana y teníamos unas expectaculares al jardín, a la playa y al océano azul.
La verdad es que parecía que no habíamos notado el cambio horario del GMT +12 de Auckland, Wellington hasta el GMT -10 de Hawaii, unas 22 horas de diferencia contando el cambio horario de verano, lo que equivalía a estar justo 12 horas por detrás del horario europeo teniendo en cuenta que allí están en el horario de verano.

Llamé a la recepción para saber a qué hora podríamos retrasar el check-out, pero fueron inflexibles y sólo teníamos hasta las 11h. Así que nos duchamos, cerramos las maletas como pudimos y las dejamos en recepción para disfrutar de la playa y de la piscina.
Nos bañamos en la playa de black sand, arena negra como volcánica y muy fina, y con el agua con pequeñas pero a la vez fuertes olas. Luego nos fuimos a la piscina donde nos estiramos en dos hamacas. Se trataba de un hotel familiar, donde varias familias de franceses con sus hijos pequeños disfruban de unos días de relax... en el otro lado del mundo.

El sol apretaba fuerte, así que ya empezamos a ponernos morenos... aunque de golpe venía una pequeña nube y se ponía a llover cuatro gotas (mal contadas). De vez en cuando pasaba el camarero o la camarera por si querías un refresco o un combinado, o incluso comer en la piscina... nosotros disfrutamos unas 3 horas de todo el ambiente para coger una furgoneta junto a unos franceses hasta el aeropuerto FAAA de Papeete.

Allí hicimos el checkin del vuelo que nos llevaría a Bora-Bora. Resulta que en los vuelos internos de Air Tahiti Nui sólo dejan llevar 20kg por persona en una maleta, y un equipaje de mano de tan sólo 3kg por persona. Nuestras maletas pesaban 21,5kg la de Adriana y 25kg la mía, y la maleta pequeña de mano pesaba 7,5kg... pero la chica del mostrador que nos tocó nos dijo que nos hacía en favor de facturarlas sin cargo, aunque a la vuelta quizá no lo podríamos hacer.

Para hacer tiempo antes de la salida de nuestro avión, cogimos unos sandwitch y una bebida para hacer una especie de "comida", aunque tampoco teníamos mucha hambre. El aeropuerto de Papeete es bastante bananero, aunque tampoco le faltaba nada... Pasamos por el control de equipaje de mano y arco de metales donde un segurata al enterarse que éramos de Barcelona empezó a hablarnos en castellano y a hacer broma... muy simpático el hombre.

Esperando el vuelo hice algunas fotos a los aviones tipo autocar con alas que nos llevaría a Bora Bora. Resulta que esa isla sí que tiene aeropuerto después de que fue utilizada como base militar en la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos. Y gracias a un folleto de información en español me enteré de la ubicación de todos los hoteles, del horario y de la ubicación de su capital: Vaitape.

A la hora en punto nos llamaron y andando fuimos hasta el avión, entrando por la parte de atrás, y nos fijamos que no había númeor de asiento en la tarjeta de embarque. Y es que tal como nos especificó la azafata, se trataba de "free seat" es decir de elección de asiento libre.... como si fuera Ryanair jeje.

Emeshing volando a Bora Bora, el paraiso...

domingo, mayo 30, 2010

HoneyMoon 27: Papeete - Tahiti

Al aterrizar con el avión de Auckland a Papeete me quedé medio sordo, ya que los oídos estaban completamente tapados y ni bostezando se destapaban. Mucha gente que había en el avión hacía escala en Papeete pero iba con destino a Los Angeles, y al ser Air Tahiti Nui les hacían esta parada técnica. No en vano Papeete es la base operativa de la compañía aérea.
En Papeete ya era de noche, y al bajar del avión de notaba que estábamos en un clima mucho más cálido que en New Zealand. Al salir del avión nos dirigimos andandopor las pistas hasta la única terminal del aeropuerto. El aeropuerto de Papeete llamado FAAA es de esos curiosos, pequeñito pero con bastantes vuelos...

Después de entregar una especie de encuesta que realizan en la Polynesia Francesa, le colocaron una flor a Adriana. Nos pusimos en una cola para el control de pasaporte que, aunque era muy numerosa iba bastante rápido al haber 8 ventanillas distintas. Le entregamos el pasaporte y un formulario blanco debidamente cumplimentado al que la segurata francesa no hizo demasiado caso. Luego me enteré que el papel no era obligatorio para europeos.

Luego nos fuimos a la única cinta de recogida de equipaje, y parecía que nunca salían nuestras maletas hasta que salieran casi todas de golpe. Como me pasó otras veces, las maletas salieron mojadas aunque no llovía en Tahiti.

Con las maletas a cuestas salimos de la terminal y en una gran pizarra aparecían nuestros nombres y nos pusieron unos collares de flores. Después de esperar un buen rato nos trasladaron en una furgoneta hasta el Hotel Radisson Plaza a unos 15 minutos del aeropuerto.

El hotel de 4 estrellas estaba bastante bien con vistas a la playa, aunque lo mejor era el jacuzzi con vistas también a la playa. Era curioso pero en Tahiti ya era de noche, y con el cambio de hora el sueño era relativo. Así que puse la tele y estuve viendo el Gran Premio de Turquía de Formula 1, aunque no aguanté toda la carrera ya que me quedé totalmente frito.

Emeshing desde cerca de Papeete (capital de Tahiti - Polynesia Francesa)

HoneyMoon 26: Christchurch - Auckland - Papeete

Nos levantamos a las 8:15h para poder ducharnos, vestirnos con ropa cómoda, cerrar las maletas como pudimos, y desayunar por última vez en el hotel de Christchurch para tomar rumbo al aeropuerto. La mayoría de las otras parejas que nos acompañaban ya se habían ido en otros vuelos, y ahora nos tocaba a nosotros.

Llegamos al aeropuerto y conseguimos que la pareja de andorranos fueran en el mismo avión que nosotros, aunque en asientos bastante separados.
Mientras estábamos en los mostradores circulares de Air New Zealand otra pareja de catalanes nos oyó y nos comentaron su recorrido y que también iban a Bora-Bora. Lo que no sabíamos es que un pequeño maremoto o tornado había destrozado algunos hoteles de la zona... luego nos enteraríamos que nuestro hotel estaba perfecto.

Al llegar a la puerta de embarque, me hizo gracia el cartel ubicado en el finger de Air New Zealand como patrocinador del equipo de Nueva Zelanda de rugby que reza: "Fanatical sponsor of the All Blacks":
Embarcamos en un Boeing 737 - 300 y nos ubicaron en los asientos delanteros, mientras que nuestros amigos se sentaban al lado de un hombre a quien todo el mundo pedía autógrafos, y que deducimos que se trataba de alguien famoso aún sin conocerlo. Una de las curiosidades del vuelo fue que los caramelos los repartieron dos niños a quien la azafata brindó ese trabajillo a cambio de una taza de leche o chocolate caliente. A mi los caramelos no me sirvieron de mucho porque en el aterrizaje los oídos me zumbaban de la presión...

En el aeropuerto de Auckland teníamos un rato muerto así que aprovechamos para comer algo, y recorrer las tiendas para gastar los dólares del Monopoly, digo neozelandeses que nos habían sobrado. Por cierto, intenté hacer el cambio en una de las oficinas de cambio pero entre que no tenían billetes de €uro más pequeños que de 50€ y que se tenía que pagar una comisión de 15$, preferimos patearnos el dinero antes que se lo quedaran estos negociantes.

El control de seguridad en Auckland fue muy exhaustivo. Primero entregamos el papel naranja que debes rellenar a la salida del país, y enseñar el pasaporte y la tarjeta de embarque. Luego un control por el arco, y con todo el equipaje de mano. Tuvimos que ayudar a la pareja andorrana ya que una de sus maletas de mano pesaba demasiado... algo parecido a los que nos pasó en el aeropuerto de San Francisco (ver post de California Project).

Curiosamente, aunque no pitamos ni Adriana ni yo en el arco, nos cachearon con una máquina para ver si llevábamos algún metal y luego cogieron algunas de nuestras bolsas para pasar un papel y ver si había estado en contacto con explosivos.

Luego fuimos a recoger algunas de nuestras compras, ya que debes recogerlas una vez has pasado el control de equipaje. Además aprovecharnos para gastarnos los últimos dólares con las revistas Wired para mi y Vogue para Adriana, y una chocolatina.

De alli nos fuimos a la gate 6 desde donde efectuamos el embarque al avión Airbus A340-300 operado por la aerolínea Air Tahiti Nui. Como curiosidades del vuelo comentar el especial atuendo de las azafatas, trajes típicos de la Polynesia que se van cambiando durante el vuelo. Además reparten el menú de la comida, y te dejan repetir de bebida varias veces.

Nosotros pedimos champagne para brindar por nuestra luna de miel...

Otra de las curiosidades es la cantidad de parejas que hay en el avión, suponemos que de recién casados... y un japonés que tengo a mi lado que se está pasando todo el vuelo jugando con el iPad a todo tipo de juego. Es el tercer iPad que veo desde que salí de Barcelona, y eso sin contar con lo que he visto en tiendas.... qué rabia dan!

Emeshing desde el avión cambiando de un GMT+12 a un GMT-10... 22 horas hacia atrás que nos permitirán casi viajar en el tiempo llegando un día antes a nuestro destino.

HoneyMoon 25: Final Tour New Zealand

Durante nuestro recorrido en New Zealand tuvimos unos excelentes compañeros de viaje venidos de distintos puntos. En concreto éramos 7 parejas de "honeymooners" o de recién casados que celebrábamos el viaje de luna de miel con un tour por Nueva Zelanda.

En el tour estuvimos con parejas de "just married" recién casados venidos de Porto, Ibiza, Castellón, Móstoles, Andorra, Getafe y después algunos otros de Buenos Aires y Aveiro.

Nos conocimos improvisadamente en Auckland, primera ciudad del tour, y con un mejicano de maestro de ceremonias. Y en Christchurch nos tuvimos que despedir, ya que cada uno tomaba de nuevo su camino con extensión de vacaciones o para casa. Hay algunos que seguían por Sidney, otros que iban a Bali, otros que seguín por las islas Fiji, y por último algunos que como nosotros nos íbamos hacia la Polynesia Francesa...

Muchas gracias a todos, porque gracias a todos el viaje por Nueva Zelanda ha sido mucho, pero que mucho mejor!!!

Sigue las aventuras de Emeshing & Adriana en los próximos posts de HoneyMoon...

sábado, mayo 29, 2010

HoneyMoon 24: Christchurch 3

Dejé el anterior post recorriendo la última ciudad de nuestro viaje a Nueva Zelanda...

Después de ver la zona del centro, nos fuimos a ver la playa de Sumner, que es la playa más concurrida de la ciudad de Christchurch. Se trata de un clima que no permite disfrutar de muchos días de sol y playa, pero es común que esté concurrida en las épocas de Navidad y algunos días de Enero y Febrero, ya que es la época en que New Zealand tiene su particular verano. Y es que muchos días de playa no tienen...
Aunque soplaba el viento y hacía frío, varios surfistas con su traje de neopreno intentaban coger alguna de las olas que entraban en la playa de Sumner. La zona estaba antes fuera de Christchurch, pero los límites de la ciudad crecieron, y era antes conocida por sus locales fiesta e incluso por sus burdeles.

La ciudad de Christchurch es conocida por la ciudad de los jardines, ya que la gente suele tener parcelas de 700 metros cuadrados con jardín, mientras que la media neozelandesa es de 500 m2, lo que no permite un buen jardín. Las autoridades recomiendan que la gente no corte el pasto del jardín oara que resista el invierno, a diferencia de lo que la gente hace en otras zonas del mundo.

Es curioso que en Christchurch es donde hay más concesionarios de segunda mano por habitante en Nueva Zelanda, y creo que en el mundo. Resulta que los coches asiáticos de segunda mano que llegan a New Zealand no deben pagar tarifa, y después de que se quejara Ford también pasará lo mismo con los coches europeos.

La razón de esta gran cantidad de coches de segunda mano asiáticos es porque en países como Singapur se exige una fuerte revisión a los 6 años, por lo que sus propietarios acaban vendiendo el coche y comprándose uno nuevo para no hacer gastos en las modificaciones. Así pues estos coches acaban llegando a sitios como New Zealand.

Un estudio reciente entre los neozelandeses que se publicó revelaba que las cuentas corrientes de sus habitantes estaban de media a menos 500 NZ$, lo que indica que sus habitantes no son nada ahorradores y que se lo gastan todo. Y eso que los neozelandeses no viajan casi nada, quizá sólo a Tahiti, Fiji y Tailandia, o como mucho van a United Kingdom (Reino Unido) a ver sus familiares ingleses.

Siguiendo el recorrido por la ciudad, visitamos el jardín botánico de Christchurch. En este parque destacaban su espectaculares árboles de todo tipo, incluído un Ginko bilova, sequoyas californianas, helechos neozelandeses y otras especies autóctonas. Además entramos en un invernadero donde habían bonitas flores tropicales, ciclámenes, cáctus y orquídeas. De las distintas variedades de orquídeas, había incluso de carnívoras.

Por cierto, en Christchurch se encuentra el tercer parque más grande del mundo dentro de una ciudad, por detrás del Central Park de New York (USA) que es el primero del mundo (ver posts de New York Project en Emeshing.com) y el Hyde Park de London (UK) (ver los posts de London en Emeshing.com).

Después nos fuimos a dar una vuelta por un mercadillo que montan los sábados y los domingos, y por el que Adriana insistió de ir. Se trataba de un mercadillo un poco jipi donde podías encontrar pulseras, pendientes, botas, piezas de madera, bufandas, gorros, entre otros complementos sobretodo para chicas.

Para comer en Christchurch fuimos a un bar-restaurante bastante fashion ubicado al lado del Arts Center, un museo dedicado al arte moderno con exposiciones itinerantes. La comida estuvo muy bien a base de bocatas, ensaladas y buggles. Adriana se tomó un buggle de semillas de girasol, con salmón, aguacate (avocado) y crema de queso, Mientras yo me tomé una especie de hamburguesa pero la carne estaba en plan entrecot, así que los mordisco tenías que darlos bien, mientras se te iba destrozando el sandwitch, todo ello acompañado de patatas fritas y ketchup.

Para acompañar la comida pedimos cerveza, y de postre un pastel de moras y brownie de chocolate. El café suele ser muy aguado en New Zealand, como si se tratara de café americano, pero en esta ocasión acertamos. El cortado lo pedimos como "short black with a little milk" y quedó perfecto, como si fuera un café italiano... como los de Roma¿¿??

Para bajar la comida recorrimos una parte de Christchurch, cruzando uno de los puentes que cruza el río Avon en dirección a la catedral. En el camino unas curiosas cabinas telefónicas parecidas a las de London, y un tranvía turístico destacaban ubicados entre edificios de estilo victoriano y eduradiano, mientras otros mucho más modernos se intercalaban.

Al llegar a la plaza frente a la catedral hicimos distintas fotos sorteando la llúvia, e intentamos encuadrar la panorámica de una especie de cono invertido que han ubicado en la plaza con la catedral de Christchurch de fondo. Resulta que convocaron un concurso para encontrar la mejor propuesta y ganó este cono invertido con lo que parecen ser flores de colores gris y azul por dentro, y que costó la friolera de 2 millones de dólares neozelandeses.

Entramos en la Christ Church Cathedral, donde nos gustó su curiosa decoración al estilo anglicano, así como el bonito rosetón ubicado justo encima de la puerta principal. Se escuchaba música del enorme órgano que estaba rodeado de banderas de varios países pero sobretodo de una enorme bandera neozelandesa, es curioso ver banceras dentro de una iglesia.

Vimos un tablón en que la gente colgaba prayers (plegarias), así que no lo dudé ni un minuto. Cogí uno de los papeles, pedí un boli, y me puse a escribir la mía: "Por los recién casados del 15 que nos vinimos de luna de miel a New Zealand".

Luego nos pateamos la calle más comercial de Christchurch con todo tipo de tiendas de deporte, de lana, y a partir de allí de lo que queráis... A partir de allí volvimos al hotel a descansar ya que habíamos quedado para cenar.

La cena con el grupo del tour la hicimos en el restaurante italiano Valentino's, especializados en pizza y pasta. Cenamos una ensalada y unas pizzas y nos reímos un rato. Luego probamos otro local de fiesta, antes de despedirnos todos... y es que nuestra estancia en New Zealand llega a su final. Ohhhhhh!!!

To be continued

HoneyMoon 23: Christchurch 2

Nos levantamos no muy temprano para desayunar en el Millenium Hotel Christchurch a base de tostadas con mantequilla y mermelada, muffins, cereales, zumo de naranja y cafe con leche con miel. Y es que los cambios de temperatura entre el frío otroñal de la isla del sur de New Zealand, y el calor en las tiendas, restaurantes y hoteles me había destrozado la garganta.

Para empezar el recorrido por esta ciudad, fuimos a recorrer el centro, es decir los alrededores de la Catedral anglicana de Christ Church Cathedral donde precisamente se encontraba nuestro hotel.

El motivo por el que la catedral se encuentra en el centro de la ciudad, es por que Christchurch fue diseñada sobre plano desde Inglaterra en 1850, con la clara influencia de la iglesia anglicana.

Curiosamente el arquitecto que hizo los planos de la ciudad nunca llegó a ir a la zona donde se asentaría la ciudad en el río Avon, así que desde Londres dibujó los planos orientando todas las casas y edificios importantes hacia el Sur como si se tratara de Inglaterra, ubicada en el hemisferio norte. Pero en cambio Christchurch se ubica en New Zealand, es decir en el hemisferio Sur, con lo que precisamente del Sur se recibe todo el frío de la Antártida y el Polo Sur.

Esta curiosidad de que las casas y los edificios tendrían que estar orientadas hacia el Norte en lugar del Sur, me recordó al techo fantástico de una estación de tren en New York donde dibujaron y pintaron todas las constelaciones al revés (ver posts del New York Project en Emeshing.com).

Luego visitamos la zona del museo de la ciencia de la ciudad llamado Science Alive! y en el que hay muchas actividades interactivas para los estudiantes así como una cámara de antigravitación, todo ello ubicado en la antigua estación de tren.

También pasamos por el AMI Stadium donde juegan los Cruzades (cruzados) de Christchurch. Juntamente con el estadio de rugby que vimos en Auckland y el AMI Stadium se trata de los dos estadios preferidos para jugar el equipo nacional de rugby de los All Blacks.

Para saber un poco más de la zona, comentar que en Christchurch viven aproximadamente unas 300.000 personas, y se trata de una de las ciudades mejores para vivir en New Zealand gracias a su clima no tan lluvioso, por ser una ciudad tranquila, y que además cuenta con una buena oferta de bares y restaurantes como complemento de su arquitectura más gótica.

Comentar que la educación primaria es gratuita, pero tanto la secundaria como la universitaria son de pago a precios que rondan entre los 3.000 y los 8.000 NZ$ al semestre. Los estudiantes extranjeros deben pagar el triple de esos precios, supongo que debido a que se trata de un lugar que acoge un gran número de estudiantes sudamericanos, asiáticos, ingleses e incluso norteamericanos.

Para que los estudiantes se costeen sus estudios universitarios, el gobierno les facilita un préstamos sin interés durante los primeros 7 primeros años. E incluso después de esos primeros años, si sigues trabajando en New Zealand no pagas intereses siempre y cuando devuelvas del préstamo almenos el 14% de tu salario.

También es curioso que los estudiantes a partir de los 14 años de edad pueden escoger en la asignatura de educación física la práctica de un deporte outdoor como por ejemplo: kayak, paracaidismo, surf... Además de eso los estudiantes gozan de instalaciones casi obligatorias en los colegios del tipo piscina, media cancha como mínimo para rugby y futbol. Eso está de p.m. para los alumnos!!!

No te pares de leer, aún hay más...

viernes, mayo 28, 2010

HoneyMoon 22: Moreland - Christchurch

Veníamos de Wanaka, atravesando los alpes neozelandeses para llegar hasta Christchurch, y no paraba de nevar. Por suerte cerca donde teníamos planeado parar a comer ya no nevaba y sólo llovía ligeramente.

De camino nos encontramos con un enorme rebaño de ovejas que ocupaba toda la carretera, mirar qué cantidad de ovejas!!!
Para comer paramos en la granja Moreland donde comimos con una familia de granjeros neozelandeses a base de mazorcas de maíz, hamburguesas, costillas de cordero, ensalada de pasta y patatas. De postre nos han preparado una excelente Pavlova, que se trata del postre número 1 en Nueva Zelanda por delante del pastel de zanahoria que provamos hace unos días.
La autoría del invento del postre Pavlova lo luchan entre Australia y New Zealand. Pero según parece la historia es que los neozelandeses hicieron un concurso para encontrar el mejor postre con el que dar la bienvenida a la bailarina rusa Pavlova cuando vino por primera vez al país, y precisamente ganó este postre a base de merengue, y kiwi muy pero que muy rico, quedándose el nombre de Pavlova. Los australianos aseguran que es suyo porque la boda de Pavlova se celebró allí y ella pidió expresamente este postre en su boda.

La granja donde comimos tenía una curiosa decoración, llamándonos la atención las colchas de patchwork, pero sobretodo la extensión de terreno superverde. No en vano el matrimonio de granjeros tenía más de 4000 ovejas y 200 vacas, además de llamas peruanas. El hombre nos hizo una pequeña demostración con la ayuda de su perro pastor de como controlaba a las ovejas con un simple silvido. Es impresionante ver como el perro es capaz de con solo la vista controlar a tantas ovejas. Me recordó a los concursos de gossos de tura que dan por TV3 o C33 en catalunya.

A la salida de la granja acabamos de recorrer los kilómetros restantes hasta Christchurch, parándonos sólo en un curioso lugar donde había un monumento al salmón y otro a la oveja.

Al llegar a Christchurch dejamos las cosas al hotel, justo al lado de la categral, y nos fuimos a dar una vuelta por los alrededores. La verdad es que hay edificios de lo más chulos en esta ciudad de New Zealand... la última ciudad neozelandesa que visitaremos en nuestro viaje.

Para cenar reservamos en Pedro's Restaurant, el restaurante con más solera de la ciudad, y que precisamente llevan españoles. Pedro es madrileño de origen vasco, que montó el restaurante hace 30 y pico años, y su sobrino Iñaki nos recibió muy amablemente y su cara me sonaba del reportaje de Españoles en el mundo.

Para cenar estuvimos comiendo un tapeo inicial de tortilla de patata, ensaladilla rusa, gambas al ajillo, mejillones, chorizo frito... y de segundo un impresionante peazo de cordero (diría que casi entero). Riquísimo!
Adriana en cambio optó por un picho con diferentes pescados y mariscos. Todo ello acompañado por un vino tinto neozelandés que quizá fue el primero que me gustó, aunque el precio de la botella no era precisamente barato.

Después de cenar muy bien en Pedro's, e incluso tener la oportunidad de hablar en catalán ya que también trabaja gente de Barcelona, nos fuimos a tomar algo. Me sorporendió ver tantos pubs en la ciudad, y finalmente optamos por uno llamado Shooters en el que destacaba su música muy actual con muchos toques de black music.

Emeshing desde el hotel de Christchurch con bonitas vistas a la catedral

HoneyMoon 21: Wanaka - Cook

La verdad es que la noche en Wanaka estuvo muy pero que muy bien. Primero porque la zona donde se encuentra el pueblo es muy bonita. Segundo porque el hotel era muy acogedor con una especie de cabañas rodeadas de parque verde y lagos, con enormes habitaciones, y con bonitas vistas del lago Wanaka. Y tercero porque se trata de un paraje idílico muy pero que muy relajante.

Además nos lo pasamos genial en la barbacoa así que pudimos difrutar de la fría noche en Wanaka, lugar excepcional para pasar unas vacaciones pescando y descansando, quizá mejor en el verano neozelandés.

Después de levantarnos, aunque no había dormido mucho, nos duchamos, cerramos las maletas como pudimos, y nos fuimos a desayunar. El desayuno no era nada del otro mundo, pero pude desayunar bastante bien y en cantidad.
Al salir paramos a hacer unas fotos al lago Wanaka, donde vimos patos e incluso anguilas enormes que nadaban muy cerca de una zona de embarcaderos. Y desde Wanaka partimos hacia Christchurch, con lo que debíamos recorrer unos cuantos kilómetros.

Nos habían avisado que algunas carreteras estaban cortadas debida a la intensiva nieve que estaba cayendo, pero por suerte el paso estaba abierto y pudimos llegar a la zona de Tekapo. Allí hay un bonito lago, como no, pero debido al mal tiempo no se permitía divisar el monte Cook.

El monte Cook es el pico más alto de toda New Zealand con más de 3.700 metros de altura. Aunque se trata de un monte sagrado por los maorís, los escaladores suelen subir hasta arriba y aunque los maorís pidan que no se pisen los últimos 10 metros de cima. Los escaladores dicen que es uno de los picos más complicados de escalar debido a sus empinadas paredes de granito y sus bloques de hielo en la parte superior.
Como debido al tiempo no se veía casi nada del monte Cook desde el mirador de Pukaki Lake, lo pudimos ver desde un pequeño museo que hay en esa zona con diferentes fotos y otros vídeos de la zona con los lagos y las montañas nevadas.
Después paramos en una bonita iglesia donde estaba nevando de forma importante para hacer algunas fotos. Se da la curiosidad que la iglesia tiene un ventanal justo detrás del altar que permite a los feligreses disfrutar de la maravillosa vista del lago. Las fotos han quedado muy chulas por la nieve de toda la zona y que seguía cayendo...
To be continued

jueves, mayo 27, 2010

HoneyMoon 20: Peregrine - Bungy - Wanaka

Siguiendo el recorrido hacia Wanaka, paramos en unos viñedos llamados Peregrine (Wine with Altitude), en los que tuvimos la oportunidad de hacer una pequeña cata de los vinos neozelandeses que empiezan a despuntar aunque se trata de un negocio muy joven en estas latitudes. Provamos un Peregrine Riestling bastante suave que, sin querer me dieron un codazo y casi me lo tiro todo por encima. Luego un Sauvignon Blanc de muy buen olor, parecido al Viña Esmeralda, pero de un sabor que se acababa almomento. Y para acabar un vino Pinot Noir que había ganado un premio entre 10.000 vinos de Australia y New Zealand, y que no nos gustó nada ni por olor ni por sabor.
Luego nos dirigimos al primer Bungy del mundo ubicado en el río Kawarau. Resulta que A.J.Hackett y su socio J.Ash fueron los que inventaron el Bungy o popularmente conocido como pointing en nuestros lares. Pues bien, resulta que de golpe Adriana me dice que se quiere tirar, me da todas sus cosas paga y se va al puente. Pero si no me habías dicho nada.... lo que se dice un rampell y que se tirá... y se tiró!
Así que ya vemos a Adriana pesarse, para calcular la cuerda que deben soltar y si quieres o no tocar el agua del río Kawarau. Después firma un papel conforme está deacuerdo con todas las condiciones y.... se fue al puente Kawarau Bridge de 43 metros de altura, World's First Bungy, para tirarse desde allí. Y la verdad es que fue impresionante ver tirarse en bungy a Adriana, con la cuerda Bungy de latex cogida por los tobillos, mientras que la filmaba desde el otro lado del río.
Después de tirarse la recogieron con una balsa para que pudiera subir por unas escaleras después de quitarle el arnés por donde iba sujetada. Por cierto, hay varias tomas de vídeo de su salto así como fotos... así que hay pruebas.. e incluso un certificado que entregan los de Bungie!!!

Después de la descarga de adrenalina nos paramos en una tienda para comprar algo de fruta y comer algunos frutos secos. Y a continuación llegamos al pueblo de Wanaka para coger la habitación reservada en el hotel Edgelodge Resort Wanaka con impresionantes vistas al lago. Por cierto la habitación es enorme, más grande aún que la de Caldes.
Para acabar de rematar el día, fuimos al pueblo a comprar bebida en el supermercado New World de Wanaka, y paseamos al lado del lago aunque hacía bastante frío donde vimos a un equipo de rugby entrenar. Y es que la bebida nos servirá para acompañar una barbacoa que hemos encargado en el hotel...

Al final compramos unas cervecitas Steirlager, un vino Syrah Barvarrosa australiano tinto y un vino blanco Riestling neozelandés. En una habitación del hotel con terraza-jardín preparamos la barbacoa a base de entrecot, salchichas y pinchos acompañados con ensaladas y quesos.

Emeshing from Wanaka (New Zealand)

HoneyMoon 19: Helicopter - Arrowtown

Nos levantamos con la esperanza que en la última oportunidad posible será la nuestra para subirnos a un helicóptero y recorrer la zona del lago Wakatipu, las montañas nevadas y algunos de los fiordos. Pues sí, el clima lo permitió, así que pude subirme por primera vez a un helicóptero.
La experiencia con el helicóptero fue única, y la seguridad con que el piloto iba/venía y nos explicaba era increíble. Incluso hubo un momento en medio del lago que el pilto pidió la cámara y empezó a hacernos fotos e incluso a hacer fotos del paisaje. Para acabarlo de rematar empezó a hacer lo que se llaman rollercoster, es decir seguir con el helicóptero las montañas, así que las subidas y bajadas que nos pegaba eran alucinantes.

Estas son algunas de las fotos hechas desde el helicóptero:
Además el piloto aterrizó arriba de una montaña nevada desde donde nos hicimos fotos e hicimos fotos a otras montañas cercanas. Además el piloto se volvió a enrollar haciéndonos fotos con el paisaje de fondo y helicóptero. La verdad es que se trata de una experiencia única. Del recorrido me quedo con la vista del Wakatipu Lake, los pases en plan rollercoster por las montañas, las vistas de los glaciares arriba de las montañas de un color azul único, y con todo lo que representa ir en helicóptero y la sensación del manejo del piloto con todos los 360 grados posibles.

Siguiendo por la carretera camino a Wanaka, paramos en Arrowtown un pueblo que apareció del día a la mañana por la fiebre del oro. Resulta que encontraron mucho oro en uno de los ríos y allí asentaron el pueblo. Pero años después lo abandonaron por irse a otras zonas con una minería de más fácil extracción, así que el govierno invitó a chinos para que vinieran pero los trataron muy mal en turnos de extracción de 24 horas. Es por ello que ahora está conservada la zona con las casas y para que no se vuelva a repetir. Por cierto, me recordó al pueblo americano que visitamos el verano pasado llamado Bodie (ver post 21 California Dream. Por cierto, recuerdos desde aquí a Miss Starbucks, a la que le gustó tanto "bodrio" digo Bodie!.

Resulta que los neozelandeses están muy orgullosos de sus políticos y de su gobierno, ya que saben que trabajan para el pueblo, que los escuchan, y que los impuestos que pagan sirven en realidad... así que de momento no les ha pasado como en el muchos sitios de donde venimos... Es por ello que una de las cosas en la que se preocupa el gobierno neozelandés es en no cometer de nuevo errores del pasado, y por ello conserva la vergüenza de casas que ofrecía a los chinos a los que invitaba al país para trabajar en la búsqueda de oro.

Resulta que el oro sólo es legal extraerlo del río, así pues una niña encontró un pedazo de pepita de oro por la que le dieron 22.000 NZ$. Pero en cambio no es legal extraerlo de sus yacimientos, ya que se encuentran precisamente en el Parque Natural de Fiorland que visitamos ayer.

En el pueblo de Arrowstown visitamos en una bonita calle las tiendas/talleres dedicadas al jade y al oro. Era curioso ver como trabajan la piedra del jade, piedra que los maorís consideraban sagrada y a la que dan formas con curiosos significados.

Continuará...

miércoles, mayo 26, 2010

HoneyMoon 18: Queenstown

Nos habíamos quedado en el barco de Milford Sound, donde por cierto pudimos disfrutar de un buffet libre de comida y postre, antes de salir a la parte descubierta del barco para disfrutar de las vistas y pelearnos en ocasiones con el viento, sobretodo cuando el barco recorría la zona de mar abierto del Mar de Tasmania. Esta era la vista del Pico Mitre desde el barco:
La idea era volver de Milford Sound en helicóptero desde un aeródromo que hay cerca del puerto donde atracaba el barco. Pero se ve que el viento que hacía no permitía a los pilotos moverse por según que zonascon el helicóptero... así que tuvimos que volver en autobús.
De vuelta de Milford Sound hacia Queenstown intenté dormir un rato, para aprovechar el tiempo. Cuando llegamos a la habitación del hotel nos refrescamos para salir a cenar, en concreto a la hamburguesería que nos habían recomendado llamada Fergburguer, y es que en la Lonely Planet cuenta que es el lugar donde se preparan las mejores hamburguesas de New Zealand. Las hamburguesas están muy pero que muy bien, aunque es casi imposible encontrar sitio donde sentarse y la gente hace un take away.

Para rematar la noche tomamos una pinta de cerveza en un pub con música en directo, en concreto versiones de canciones conocidas. Cuando acabó conectaron todas las televisiones planas con un partido de rugby que iba a empezar en ese momento. Se ve que se trataba de una serie de partidos que se hacen 3 veces al año que recogen los jugadores de la liga de rugby repartidos por su lugar de procedencia, en concreto el partido enfrentaba a Queensboro contra South of Wales.

Cuando llegamos al hotel me fui a hacer la colada en el laundry, ubicado en la segunda planta del Hotel Millenium Queenstown. Allí mientras que ponía en marcha la lavadora, y aunque había la tele puesta con el rugby y me había bajado el portátil, me puse a hablar con un hombre de 60 y pico años de edad. El tío muy amable y con buena dicción escocesa, gracias a eso lo entendía bien, estuvo explicándome la diferencia del rugby televisivo de la liga con respecto al rugby de las cinco naciones.

Además me estuvo explicando como tenía la familia repartida por Londres, Irlanda y Escocia, y como había tratado de vivir en South Africa pero que había mucha inseguridad. Comentaba que hacer el campeonato del mundo de futbol allí le parecía precipitado, pero a su vez yo le dije que quizá sería la única forma para dar un vuelco definitivo al país.

Este hombre también me comentó que habían jugado el pasado fin de semana un amistoso entre New Zealand y Australia de preparación para el Mundial de Futbol de este año, y que se habían cometido horribles faltas y que a dos los habían lesionado. Me dijo que España era una de las favoritas, pero yo le comenté que la Liga ganada por el F.C.Barcelona fue muy dura así que creo que el Mundial llega demasiado pronto para los jugadores en un año muy duro y que quizá no sea la mejor forma de enfrentar un campeonato tan intensivo.

Al acabar la lavadora, puse la secadora, y al finalizar me despedí del señor y me fui a ala cama casi a la 1h de la mañana...

HoneyMoon 17: Milford Sound

El día de hoy iba a ser largo, así que nos levantamos muy muy temprano para hacer un importante trayecto en autobús de Queenstown al otro lado de las montañas hasta Milford Sound. El objetivo era visitar el Fiorland National Park, el más grande de New Zealand con 1,25 millones de hectáreas, y que es Patrimonio Mundial desde 1986.

Después del largo recorrido llegamos al curioso túnel Homer que sólo tiene un carril de circulación. La carretera empezó su construcción en 1930, pero la Segunda Guerra Mundial retrasó las obras y no se pudo acabar hasta 1954. Además de la guerra se encontraron con problemas como los 10.000 galones de agua que se filtraban cada hora, y que tuvieron que resolver con compresores gigantes y energía de una centra eléctrica.
El clima en la zona es muy húmedo, ya que el Parque Nacional de Fiorland tiene una media de 6000 mm por año, aunque hay años que se llegan hasta los 10.000. En el camino nos encontramos con lluvia, nieve, y a ratos en los que aparecía un casi sol.

El parque tiene este nombre por su descubridor europeo. Resulta que James Cook llegó mapeando Nueva Zelanda en 1770 pero se pensó que no había ninguna entrada desde el Mar de Tazmania. Entonces fue un cazador de focas llamado Capitán John Grono el que bautizó el paraje como Milford Haven, como en su Gales natal. Luego lo cambiaron por Milford Sound, pero en realidad se trata de un glaciar.

Cogimos un barco que nos llevó a recorrer todo el Milford Sound desde el Hotel Milford, donde se instaló el primer europeo llamado Donald Sutherland; viendo el pico Mitre que es de los más conocidos; el Copper Point, Anita Bay, St.Anne Point, Dale Point, y las espectaculares cascadas Stirling Falls (en honor al capitán Stirling) y la Harrison Cove.
El color del agua es muy pero que muy bonito, y las cascadas que provienen del agua del deshielo de las montañas son excepcionales... En el recorrido llegamos a ver incluso focas nadando y otras focas que estaban como tomando el sol (pero sin Sol). Y es que aunque pillamos un "buen día" el Sol no acababa de salir.

Por cierto en el recorrido dimos la vuelta en pleno Tasman Sea o Mar de Tazmania donde nos empezó a soplar un viento acojonante...

To be continued

martes, mayo 25, 2010

HoneyMoon 16: Queenstown - Dart River Jet Safari

Nos levantamos bastante temprano, y es que habíamos contratado una excursión para comprovar que Queenstown es la capital de los deportes de aventura. Así que después de desayunar a toda lechenos subimos a una pequeña furgoneta que nos conduciría del hotel a la "atracción".

Entre todas las opciones escojimos Aqua Park Safari ya que se trataba de la excursión más completa de las que daban a elegir, y tampoco era delasmás frikies para los amantes de las películas de El Señor de Los Anillos de Peter Jackson. Y es que las películas se rodaron en las montañas que hay en esta zona: Parque Nacional del Monte de la Aspiración (Mount Aspiring National Park).
El recorrido en furgoneta de unos 40 km nos llevó alrededor del lago Wakatipu Lake, que es el segundo lago más grande de la isla sur de New Zealand con 84km de largo y 400 metros de profundidad.

Al final del recorrido llegamos a una cabaña en la que pagamos el precio de 199 NZ$ y nos dieron un buen canguro con capucha y que abrigaba bastante, así como un salvavidas. Luego la misma furgoneta nos llevó hasta una lancha que nos hizo un bonito recorrido y a la vez con adrenalina. Y es que Christian nos iba parando para explicar las zonas, las montañas, y recordaba alguna de las escenas de la película. Pero también conducía a toda leche la lancha amagando en piedras, y haciendo en ocasiones giros de 360 grados que dejaban a más de uno empapado.
Luego nos sirvieron lo que parecía chocolate caliente, peor en realidad era sopa de tomate, a la que al principio rehuí, pero que al final me sentó perfectamente dado el frío que hacía en la lancha. A continuación, dimos un bonito paseo por un bosque muy espeso con cantidad de árboles con los que no parábamos de hacernos fotos. Es curioso ver la cantidad de musgo que sale, por la cantidad de precipitación, y que gracias a ella no deben recoger los árboles caídos ya que quieren que estos mismos sirvan de adobo para el resto de árboles sin peligro a incendios.
Para acabar la excursión comimos algo en una cafetería de esa zona, de esas típicas con pasteles hechos por ellos mismos así como pastas.

De regreso a Queenstown, aunque sea la capital de la adrenalina y de los deportes de aventura, optamos por relajarnos. En el pueblo no paraba de llover, pero aún así decidimos ir a visitar el paseo por el lado del lago Wakatipu y su bonito jardín botánico. Y es que nos ibamos turnando para sujetar el paraguas e ir haciendo fotos a las variedades de árboles espectaculares.

Para relajarnos aún más entramos en un bar llamado Old Man Rock y al lado de un hogar nos pusimos a charlar y a ver anochecer. Al salir del bar no me encontraba demasiado católico así que opté por una sopita de tomate, mientras que Adriana se tomó una sopita de patata. Es curioso ver como en todas las sopas los neozelandes, seguramente influenciados por los asiáticos, ponen algún tipo de picante haciendo que las sopas no sepan de la misma forma que en Europa.

De allí nos fuimos a dormir al hotel...

lunes, mayo 24, 2010

HoneyMoon 15: Queenstown

Al llegar a la ciudad de Queenstown, según dicen la capital de los deportes de aventura, lo primero que nos impresionó fue el gran lago azul turquesa llamado Wakatipu, donde se asenta la ciudad. Según cuentan el 10% de la población es brasileña, debido a los trabajadores que necesita la ciudad por su gran cantidad de turismo que recibe.

Para ver una panorámica de la bonita y por lo que parece tranquila ciudad de Queenstown subimos al teleférico desde donde puedimos disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad pero sobretodo del lago Wakatipu. Una caprichosa bruma nos iba abriendo y cerrando la visibilidad del lago.
En el hotel hay un spa - jacuzzi, que nos habían contado que era enorme... pero que va era pequeñito para 4 personas, y ya estaba ocupado. Así que despues de descansar un poco y conectarnos a Internet otro poco nos fuimos a cenar.

De camino al restaurante que nos habían recomendado, pasamos por la zona comercial de Queenstown que tiene buena pinta. Entramos en una farmacia para ver qué tenían de antimosquitos, no para New Zealand pero sí por si lo necesitamos en Polynesia.

El restaurante que nos habían recomendado, llamado Botswana, estaba muy pero que muy bien. Se trata de un restaurante con un ambiente rústico pero a la vez moderno, con un hogar muy chulo en la planta de arriba donde hemos hecho primero una cervecita. Luego nos sentamos en una mesa y cenamos muy bien carne. La verdad es que la carne neozelandesa está muy bien, y el restaurante no era demasiado caro por lo bien que cenamos.

Ya de vuelta tuvimos que coger un taxi para no patear muriéndonos de frío. Y es que según como sopla el viento en Queenstown, sobretodo desdel sur el viento es muy frío llegando a temperaturas bajo cero y eso que estamos en otoño.

Por cierto, el hotel Millenium de Queenstown no es ninguna maravilla pero está bien para estar unos días en Queenstown. Por cierto, dicen que es la capital de los deportes de aventura por la gran cantidad de actividades que puedes hacer como pointing, treking, y lo que vamos a hacer mañana...

HoneyMoon 14: Roturua - Waimangu

Hoy nos levantamos más bien tarde y bajamos a desayunar al restaurante del hotel Millenium Roturua, ubicado en la parte inferior del lobby, justo al lado de la piscina interior climatzada.

Ranginui nos había preparado un día lluvioso, así que estuvimos desayunando en un buffet montado justo al lado de la piscina, mientras veíamos caer la lluvia encima de la marquesina de encima de la piscina. El desayuno fue a base de tostadas con mantequilla y mermelada, huevos revueltos con bacon y muffins. Todo ello acompañado con zumo de naranja y café con leche.
Primero visitamos las antiguas termas de Roturua que, al agotar casi su actividad termal, fueron trasladas a otra zona. Así pues el govierno decidió utilizar las instalaciones como un hospital mental que, al no tener el uso esperado, acabó dedicando el bonito edificio al actual Museo de Roturua.

Luego nos dirigimos a un lago muy cercano en el que se encontraban gran cantidad de cisnes negros, variedad que es originaria de New Zealand y Australia.

A continuación nos dirigimos hasta Waimangu, lugar en el que realizamos un treking aun con la lluvia. Así que ya nos vés a cada uno con un paraguas y la pequeña guía que te entregan para ir siguiendo todo el parque. Se trata precisamente de un lugar muy curioso ya que hubo un erupción volcánica muy importante que destruyó toda la vegetación a 50 km a la redonda. Con tan sólo 100 años después ese parque tiene acumuladas casi todas las especies de árboles y vegetación que exite en New Zealand. Así que el parque sirve de estudio a la regeneración de la vegetación.

El circuito que hay para hacer la caminata transcurre por los diferentes cráteres que formó la erupción volcánica, en concreto tres que han acabado convertidos en lagos. Es muy curioso ver cómo hay un pequeño río con agua muy muy caliente y que incluso pueden verse las burbujas de que está en algunos puntos hirviendo.
En Waimangu pudimos disfrutar de las vistas del cráter del sur, que se formó en la erupción de 1886, y que ha dado lugar al Lago Esmeralda de agua fría. Luego el segundo lago que hemos visto es el lago Frying Pan, que se encuentra en el cráter Echo. Se trata del lago de agua caliente más grande del mundo con más de 38.000 m2 de superfície, y con un volumen de agua de 200.000 m3
El último de los lagos que vimos en Waimangu fue el Lago del Cráter Infierno, que tiene unas tonalidades impresionante. Nosotros lo vimos de color azul claro. Luego el riachuelo que os comentaba con agua caliente haciendo chup chup es también muy bonito.

Llegamos un poco justos al Aeropuerto Internacional de Roturua, pero el avión que debíamos coger aun no había llegado. Así pues aprovechamos el retraso para comer en el único bar-restaurante del aeropuerto. Y es que aunque se llame Internacional porque tiene vuelos a Sydney, el Aeropuerto de Roturua es uno de los más pequeños donde he estado.

Mientras comíamos un sandwitch y una Coca-cola, han anunciado por megafonía que el avión había intentado aterrizar pero con la lluvia no lo había conseguido. A la segunda intentona lo consiguió, así que nos llamaron a realizar el check-in en uno de los pocos mostradores del aeropuerto.

En la facturación sólo permitían una maleta por persona para facturar, y luego otra pequeña de mano que no debía superar los 7 kilos. Lo bueno es que había una balanca previa donde podías pesarlas, y allí comprobamos que nuestras maletas de mano pesaban 6,5 y 5,8 respectivamente.

Curiosamente el embarque del vuelo es sin tener que pasar por ningún control de metales ni de líquidos, y sólo debes enseñar la tarjeta de embarque. En cambio el pasaporte sólo te lo chequean en el mostrador de facturación.

El vuelo que nos tenía que llevar de Roturua a Queenstown lo hicimos con un avión de hélices ATR 72-500 con apenas 68 plazas disponibles. Además el vuelo interno tenía el inconveniente de una pequeña escala en Christchurch, donde estuvimos unos 20 minutos y en la que no tuvimos ni que levantarnos del asiento del avión.

To be continued

domingo, mayo 23, 2010

HoneyMoon 13: Roturua - actividad volcánica - cultura maorí

Para visitar Roturua empezamos con una visita a una de las parejas protegidas del animal símbolo de Nueva Zelanda: el kiwi. Se trata de un ave que no vuela, que al verla te recuerda a la fruta pero mucho más grande, y con un pico largo que tiene la peculiaridad única en el mundo que tiene el olfato en la punta del pico. La pareja se dejó ver, y parecía que iban a copular en ese momento ya que el macho la intentaba pillar por banda. El kiwi es una animal muy curioso que duerme 20 horas al día, y la hembra pone de media 3 huevos al año, aún con su dificultad. Y es que otra de sus peculiaridades es que el kiwi pone el huevo más grande del mundo en comparación con su cuerpo...
A continuación hicimos un recorrido a los geisers en el que vimos las actividades volcánicas que aún permanecen en la zona, creando pequeñas terrazas de silicio. Es muy curioso ver la cantidad de humo que desprenden estas zonas de actividad volcánica. Se ve que hace unos años habían unas bonitas terrazas de silicio creadas de forma natural, parecidas a las que hay en Turquía, pero la última erupción volcánica se las cargó.

También nos enseñaron otras de las prácticas maorís, en concreto la talla de madera con el que realizaban sus símbolos y los ponían en las entradas de los templos y de las casas maorís. La verdad es que son curiosas las esculturas que vamos viendo, y que según nos comentaron tratan de explicar historias y leyendas de generación en generación debido a que el pueblo maorí carecía de escritura cuando fue descubierta Nueva Zelanda por los europeos.
Para acabar de conocer la cultura maorí, fuimos a un espectáculo de danza maorí. Primero disfrutamos de la danza, pero luego tuvimos que ponernos en el escenario (voluntariamente...). Las chicas con Adriana incluida subieron al escenario y les enseñaron a bailar como lo hacen las chicas maorís, una danza típica con la ayuda de lo que parecía ser un ponpón. Después de la acelerada clase tuvieron que ponerlo en práctica con una escenografía en el escenario con música incluida.

A continuación tocó el turno de los hombres con la Haka Maorí, típica de los inicios de los partidos de los All Blacks de New Zealand. Así que me presenté voluntario al escenario, y uno de los maorís vestidos para la ocasión nos explicó 4 nociones básicas como sacar pecho, agacharse un poco, cuatro gritos y sacar la lengua... todo ello antes de ponerlo en práctica bailando para el respetable una Haka en directo... jeje

Después cenamos platos típicos maorís, recordando los mejores momentos vividos en el baile de las chicas con Adriana y en el baile de la Haka de los chicos con Emeshing. Los maorís solían cocinar haciendo un hoyo en el suelo y aprovechaban el calor volcánico, o hacían fuego en ese hoyo y cuando las piedras estaban calientes llenaban agujero de agua y el alimento que iban a preparar.

Para acabar con la velada fuimos a una spa ubicado detrás del hotel que se llamaba Polynesian Spa. Básicamente se trataba de 7 piscinas termales a diferentes peraturas a cuál más caliente con las que, según cuentan, te relajas y te mejoran la piel. Sólo sé que al salir teníamos todos un bajón impresionante y las piernas parecían pesar más que nunca. Para rematar la nioche hicimos una cerveza en el bar del hotel a la que nos invitaban por estar en kuna de miel..

Continuará...

Honey Moon 12: Auckland - Waitomo - Roseland - Rotorua

Hoy nos levantamos muy, muy temprano pero porque nos habíamos puesto el despertador. Después de ducharnos, fuimos a desayunar fuerte al hotel e hicimos el checkout de la habitación con 19,9$ de Internet.

Si ayer hacía buen día, hoy no está nada mal, así que Ranginui, el Dios maorí del tiempo, parece que nos está ayudando en nuestro viaje de luna de miel.

Lo primero que hicimos fue subir al monte Eden desde donde pudimos disfrutar de una impresionante vista de la ciudad. Este montículo que se eleva por encima de la altura de la Sky Tower, se formó por un volcan con su correspondiente crater por el que prohíben bajar...

A continuación tomamos rumbo a Waitomo, para visitar las cuevas calcarias con estalactitas, estalacmitas, columnas y unas curiosas luciérnagas luminosas. Las cuevas estan bastante oscuras y en ellas se pueden disfrutar de las formaciones que ha hecho el agua en las rocas, y de las caprichosas formas. Después te dan un breve paseo en barca por dentro de las cuevas a oscuras y silenciosamente, todo ello para disfrutar de estas larvas ubicadas en el techo de los canales que al quemar sus residuos desprenden esta luz de color azulado.

Se ve que todas estas atracciones las controlan los maoríes así que se forran. Y es que tienen el monopolio de algunas cosas según los tratados que en su día cerraron con los ingleses y que se han ido renovando entre las autoridades neozelandeses y los jefes de las tribus maorís.

A partir de allí pusimos rumbo a Rotorua para conocer mejor la cultura maorí. En el camino nos encontramos prados verdes a lado y lado de la carretera con un montón de vacas. Y es que en New Zeland hay unos 15 millones de vacas, de las cuales 9 son vacas lecheras y todas ellas se alimentan de forma natural de pastos sin ningún complemento.

Se calcula que una vaca produce 3.300 de litros de leche al año, así que con tantas vacas les sobra leche a los neozelandeses que antiguamente vendían a USA, pero con las tasas que grabó estas importaciones Bush, pasaron a exportar casi toda esa leche a los chinos.

En Nueva Zelanda las principales industrias son la cárnica y la lechera, seguidas por la del turismo. La mayor empresa neozelandesa es Fontera dedicada a la alimentación, básicamente producción de leche, productos lácteos y carne.

Actualmente hay 34 millones de corderos en NZ, pero es que en 1996 había 62 millones. Eso es debido a que muchos granjeros han pasado de la cría de corderos a la de vacas, debido a su mejor valoración en el mercado. Curiosamente el principal comprador de la carne de cordero neozelandés es la Unión Europea, sobretodo España.

La cuestión es que comimos muy buena carne en la granja Roseland ubicada a medio camino hacia Rotorua. La carne nos la hicieron con barbacoa neozelandesa, y es muy recomendable. Para acompañar la carne nos pusieron arroz (muy soso comparado con el de Hong Kong) y ensaladas. De postre me comí un kiwi gold, y esta vez sí que me gustó el kiwi, no como los que había en el hotel de Auckland. Además con el café nos pusieron tarta de zanahoria que se ve que es uno de los postres más populares en este país.

Por fin acabamos el recorrido llegando a Roturua, uno de los principales destinos turísticos debido a sus termas, aquí llamados spa, y por su cultura maorí de la que esperamos disfrutar esta tarde-noche.

Emeshing desde el Millenium Hotel Roturua viendo la CNN, donde me he enterado que el Inter Milan ganó 2-0 la final de la Champions League ante el Bayern de Munich, y oliendo a azufre... olor típico en esta zona de Nueva Zelanda.

sábado, mayo 22, 2010

HoneyMoon 11: Auckland: Ferry a Davenport

Nos habíamos quedado en el Sky Tower con labonita vista de la ciudad de Auckland. Pues bajamos por el ascensor del mirador, que tiene la peculiaridad que vés el fondo del mismo como si fuera una caída libre, ya que el suelo es de cristal.

Mientras que esperaba a Adriana, un hombre de unos 50 años diría que americano me preguntó si se podían hacer fotos. Y es que estaba cámara en mano haciendo una foto a una réplica del Sky Tower en pequeño, bueno de unos 5 metros de altura... yo le respondí que suponía que sí. Los dos coincidimos en que tampoco había ninguna señal que lo prohibiera. Me imaginé que el motivo de la pregunta es la fobia que tienen en Estados Unidos USA en prohibir las fotos y las cámaras en según qué lugares de los principales edificios y monumentos turísticos con el objetivo de evitar que posibles terroristas recojan información para futuros actos.

Y es que la torre Sky City con 328 metros de altitud es la estructura más alta del emisferio sur, batiendo por poco a una ubicada según los neozelandeses en plan coña en su desierto, es decir Australia.

Al salir de la principal atracción turística de Auckland, recordar que en Hong Kong era el funicular que llevaba al mirador, fuimos andando tranquilamente hasta el mar. Allí entre dos embarcaderos compramos 2 Adult Return para el ferry de Fullers a Devonport.
El trayecto de tan sólo 12 minutos es muy bonitos, y nos permitió disfrutar de las panorámicas de ambos lados de la bahía y más si contamos el espectacular día que nos estaba haciendo.

Devonport se encuentra en la punta de una pequeña península ubicada justo al norte del harbour de Auckland, y se caracteriza por sus casas victorianas, su ambiente rural y muy tranquilo. Allí la marina neozelandesa tiene su base, y esa zona sirvió para ubicar a las mujeres voluntarias alistada para la primera guerra mundial.

Creo que Devonport también forma parte de la ciudad de Auckland. Y es que Auckland es la tercera ciudad en extensión de todo el mundo, por detrás de Mexico DF y Los Angeles. Y eso que Auckland sólo cuenta con entre 1,2 y 1,4 millones de habitantes.

No tradamos en buscar un sitio para comer, así que recurrimos a la guía Lonely Planet que le había regalado a Adriana en Barcelona para encontrar alguna recomendación. Así que fuimos a un lugar llamado Stone Oven ubicado Flagstaff St donde me tomé una ensalada al estilo Thai con carne, noddles secos y tomate que estaba bastante bien. Mientras Adriana se tomó una pasta fetuccini a la carbonara con parmesano, setas y salsa pesto.
Nos sorprendió ver en una pared del Stone Oven un cartel como antiguo en castellano de CocaCola que decía: Tome Coca-cola. Deliciosa, pero yo bebí una Carlsberg...
Al salir del restaurante fuimos al i-Site, un local de información turística donde no nos atendieron pero de donde nos llevamos lo que ibamos a buscar: Old Devonport Walk. Se trata de una ruta que transcurre por Devonport. Empezamos siguiendo toda la bahía con excepcionales vistas como la de este velero que parecía de competición:
Luego se adentraba por las calles como Church Street, donde en la iglesia anglicana se oían cantos, para luego rodear uno de los dos volcanes de la zona que ya se taparon llamado Monte Victoria. Subimos por el caminito hasta la cima donde disfrutamos de las extraordinarias vistas de la bahía de Auckland y de las casas victorianas y zonas residenciales de Devonport.

Después de finalizar el paseo nos volvimos de nuevo en ferry de Devonport hasta el centro de Auckland, para descansar en el hotel ya que mañana nos espera un largo día...

Emeshing desde la habitación del Stamford Plaza de Auckland.