Luego nos dirigimos al Gran Bazar, donde me sorprendió lo grande y bien estructurado, con hasta 66 calles interiores, y las tiendas tienen apariencia de un enorme centro comercial. Según dijo el guía antes de entrar, recomiendan que si te pierdes digas en qué puerta te encuantras, pues están todas numeradas y es muy común perderse.
Según leí en la guía de Turquía, el origen del Gran Bazar o Kapali Çarsi o Büyük Çarsi es un poco confuso. Algunas teorías apuntan a que fue una construcción de origen bizantino que los turcos adoptaron y perfeccionaron con los años. Otras teorías sostienen que el Gran Bazar tiene origen totalmente turco.
La construcción pasó de un origen de madera, como casi toda la zona debido a los terremotos que se suceden cada 10 años aprox, a una construcción mucho más parecida a los centros comerciales cubiertos. Durante todo el período otomano se cree que las caravanas acudían al Gran Bazar desde todos los rincones del mundo como África, China o India. Los comerciantes se mezclaban convirtiendo el laberinto de calles y idiomas en un mercado perfecto dónde encontrr de todo.
Está claro que ha evolucionado mucho desde entonces, pues ahora se pude encontrar de todo, es obligatorio regatear, pero seguro que es más caro que otras partes de la ciudad. Pero es digno de ver, y también recomendable.
Si se te ocurre tocar algo o preguntar por algo, tienes que estar dispuesto a comprar pues van a empezar a ponerte presión hasta que regateando te lleves el gato al agua. Son muy persitentes!!!
Luego fuimos a un buen sitio para comer a base de pizzas turcas para los niños, y kebabs para nosotros. La verdad es que después de una buena pateada no hay nada como comer cómodamente sentado con una cerveza en la mano, sí otra vez Efes para refrescarnos. Además en la mayoría de sitios son muy amables, tratan de ganarse el 10% de propina que suele estar incluída, y además te invitan a te y dulces turco denominados baklava.
Luego fuimos a un buen sitio para comer a base de pizzas turcas para los niños, y kebabs para nosotros. La verdad es que después de una buena pateada no hay nada como comer cómodamente sentado con una cerveza en la mano, sí otra vez Efes para refrescarnos. Además en la mayoría de sitios son muy amables, tratan de ganarse el 10% de propina que suele estar incluída, y además te invitan a te y dulces turco denominados baklava.
Luego nos fuimos a Santa Sofía...
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