Cuando estuve en Roma ya me di cuenta que el conducir en Italia es distinto a otras partes de Europa, lo que pasa es que no había conducido ningún coche en Italia hasta este viaje a Cerdeña (ver post Sardinia Trip 3 en Emeshing Blog).
Puede que en la isla de Cerdeña sea de las zonas donde se conduce mejor de Italia, nada que ver ni con Roma ni Napoles dónde los semáforos son meros símbolos decorativos y si te paras en un rojo te pitan. En Cerdeña en cambio los conductores sí que respetan los semáforos, pero por lo demás hacen lo que les da la gana ó lo que les sale de "la punta lo faba".
Las carreteras de la isla están bastante bien, y las autovías son muy buenas, con unos guardarrailes muy altos en la mediana, supongo que para evitar invadir el sentido contrario en caso de accidente. La velocidad máxima está marcada en la mayor parte de las autovías a 80 km/h pero nadie va tan lento. Eso sí, en las autovías el carril tanto se te puede acabar el derecho como el izquierdo. No tienen nada de arcén, y a cambio colocan unas pequeñas zonas de escape en forma de trapecio en caso de avería incluso descanso:
En una de las carreteras sin mediana vimos una escena surrealista, que no veía desde mi viaje de final de carrera a República Dominicana. Delante nuestro un coche estaba adelantando a otros por una zona prohibida pero más o menos con visibilidad. Pues bien, aparece un BMW con prisa y se pone a adelantar al que estaba adelantando en un tercer carril muy imaginario, en una zona prohibida con doble continua y cruce, con lo que el BMW estaba pasando por la parte más izquierda de la calzada...
Pero lo que no nos hemos llegado a acostumbrar de las carreteras italianas es la costumbre de señalizar una desviación casi única y exclusivamente en la isleta que se produce entre la carretera dónde vas y la calzada del desvío. Esto produce que te pases de la salida, porque no te lo esperas, y según a qué velocidad es casi imposible verla. Parece que esta forma de señalizar sea heredada de la época de los romanos, ya que a la velocidad de las cuadrigas no les hacía falta señalizar previamente las salidas.
Otro de los temas que no quiero dejar de comentar es el del aparcamiento de los italianos. Ellos aparcan al estilo americano es decir de cara, eso sí sin llegarse a subir al bordillo, con lo que en muchas ocasiones lo dejan en diagonal. O no saben o pasan de aparcarlo mejor, con lo que incluso te pitan si haces marcha atrás para aparcarlo bien. Este sería un aparcamiento clásico de un italiano:
Por último comentar que la moda francesa de las rotondas también ha llegado a Italia, pero con algunas variaciones de cedas y stops por en medio que la gente no hace mucho caso y se mete. En Santa Teresa de Gallura vimos una de las rotondas más pequeñas y suerrealistas que he visto en mi vida:
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