El miércoles me levanté muy temprano por la mañana, ya que había quedado con unos amigos para ir con tiempo al aeropuerto. Fuimos primero en metro y luego en el tren de cercanías Renfe hasta el aeropuerto. Cuál fue nuestra sorpresa al comprobar que ahora no hay trenes directos desde la estación del Clot hasta El Prat, así que tuvimos que hacer transbordo en Paseo de Gracia.
Una vez en el aeropuerto de Barcelona - El Prat hicimos la cola de rigor para el check-in, que en el caso de los mostradores de Easyjet era especialmente larga. En el mismo aeropuerto cambiamos €uros a libras esterlinas, quedándonos con 2/3 de la cantidad ya que el pound inglés es una moneda muy fuerte.
El control de seguridad fue de lo más normal, y eso que dos 5 días antes habían desarticulado un posible atentado en distintos vuelos con origen UK, y la seguridad se había extremado a niveles insospechados. Justo en el día anterior se habían emblandecido las prohibiones para el equipaje de mano, así que pudimos subir las iPod, cámaras de fotos, móviles y Blackberryes.
El desayuno en el mismo aeropuerto de Barcelona fue de esos que hacen historia, para poder afrontar el vuelo de 2 horas hasta el aeropuerto de Stansted (London). El vuelo fue on-time y una vez recogido el equipaje (¿por qué mi maleta siempre es de las últimas en aparecer?), fuimos directos a unos autobuses que nos llevarían a Stradford.
Me encargué de comprar los billetes en un chiringuito provisional, ya que estaban en obras. Los billetes way and return nos costaron 14 pounds a cada uno, y el hombre me dijo que el autobús salía a 55. Pero 1 minuto después lo vimos salir de nuestra parada, así que si nos hubiera avisado podríamos haber cogido el bus de 25. Así que para hacer tiempo, entramos otra vez al aeropuerto de London Stansted para comprar unos bocatas en el Pret a Manger, poco sabíamos entonces que esta iba a ser una de muchas visitas a este tipo de locales.
De vuelta a la estación de autobuses vimos de lejos el impresionante cartel que hay en los andenes de tren de Stansted que con una flecha a la izquierda (sentido de los trenes) pone LONDON y con una flecha a la derecha (sentido aeropuerto de Stansted)pone REST OF THE WORLD:
Una vez pudimos subir al autocar, en 45 minutos nos plantamos en la estación de autobuses de Stradford, donde nuestro amigo Londoner nos estaba esperando. Y es que durante nuestra estancia en UK nos ibamos a alojar en su piso.
Justo al lado de la estación de autobuses de Stradford, hay la estación de metro con el mismo nombre que nos serviría para llegar hasta nuestra base de operaciones. En las taquillas del London Underground compramos una Travelcard 7Days que nos costó 22,20 libras, más 1 pound que debíamos pagar al no tratarse de zona 1 ó 2 dónde nos encontrábamos.
El sistema Oyster para el transporte público londinense es de lo más revolucionario, ya que tanto la entrada, la salida, como el mismo recargo de la tarjeta se realiza de forma magnética. Por esta razón, Transport for London pide Don't throw away your Oyster card, you can use it again and again".
To be continued...
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