Now I'm coming back from Madrid to Barcelona by Air Bridge, I mean Puente Aereo or Pont Aeri. In the following lines I want to tell you my quick visit to the capital of the reialm, but in Spanish language, because I have been all the day speaking in English and that's enough.
Los dos despertadores ubicados encima de mi escritorio no han llegado a sonar, aunque estaban programados para las 6:10 am. Y es que a las 6 de la mañana algo o alguien me ha despertado, puede que la vecina, puede que los pájaros o puede que sea mi reloj cerebral. Así pues me levanto, desayuno fuerte, me ducho y me visto a toda leche para salir antes de las 7.
El plan era coger mi propio coche hasta el aeropuerto, pero en el último momento me decidido por un taxi, opción más cómoda - la última vez que fui en coche al aeropuerto en el aparcamiento me fue muy difícil encontrar un hueco libre -. Este taxista era silencioso, y únicamente se olía el hedor del conductor o del antiguo coche que conducía.
A las 7:20h ya estaba en la T1 del aeropuerto de El Prat haciendo cola para un asiento en el Puente Aéreo. El vuelo que se estaba sorteando en pantalla era el de las 8:00 am, y por muy poco me quedo sin plaza, aunque he podido escoger mi butaca de pasillo - siempre escojo pasillo, pues se está más ancho -.
Tengo el tiempo justo de hacer un café antes de embarcar en el avión, y oigo a una de las empleadas que comenta a su compañera que sólo quedan 10 pasajeros para subir al avión, así que me ha ido de poco. Había oído algo mientras tomaba el café, pero no el contenido del aviso a causa del estruendo provocado por la máquina de cafés.
El vuelo es tranquilo, lo que aprovecho para hojear El País y La Vanguardia, para finalmente dedicar la mayor parte del tiempo el libro que me estoy leyendo ahora: Sábado de Ian McEwan - ya haré el post al respecto del libro cuando lo finalice (pronto)-.
Por cierto en los periódicos hablan del plantón de los catalanes en la CEOE al Cuevas por lo de la "OPA a la catalana", de la entrada del ejército israelí en una cárcel de palestinos (en las fotos todos los prisioneros aparecen en calzoncillos), y en sendas entrevistas a Breat Easton Ellis por la presentación precisamente en Madrid de su último libro Lunar Park que me he leído hace poco (ver post).
Mientras, mi vecina de asiento está releyendo un recorrido impreso con ViaMichelin o Movendus, como estudiándoselo y memorizándolo. Me imagino, aunque sólo es una suposición, que habrá alquilado un coche para llegar hasta su destino. Además hay dos animadas conversaciones entre hombre de negocios, unos hablan de temas comerciales y otros de flecos legales.
El comentario de uno de los pasajeros del avión a su colega se hace realidad: con la actual terminal T4, que recientemente se ha inaugurado en Barajas, los aviones del Puente Aéreo tardan 10 minutos más. Así pues en lugar de llegar a las 9h, como hubiera sido habitual hasta hace un par de meses, ahora llego a Madrid a las 9:10h.
La terminal T4 es espectacular, y me entero que sólo es una parte, ya que hay la T4 satélite que cubre los vuelos internacionales y que está unida a la T4 por un tren lanzadera. La T4 hace una especie de M en su techo que va cambiando de tonalidades desde un amarillo a un azul oscuro pasando por el verde.
Aunque sea espectacular es un engorro, pues el recorrido que hay que hacer andando desde el finger del avión hasta la para de taxis es una carrera de fondo. Los taxis, aunque siempre mejor organizados en cola que en Barcelona, no van lo suficientemente rápidos para la cola que hay.
Consigo pillar un taxi que no conoce mi destino, pero que se imagina dónde es. Me pregunta si vamos por el peaje, yo no sabía que tenían peaje, pero resulta que lo han inaugurado para que los coche desde/hacia la nueva T4 no tengan que pasar por el aeropuerto antiguo. Sin llegar a responderle, yo le digo que lo que sea más rápido, cogemos el peaje al estilo Teletac a 1,50€ y nos dirigimos a nuestro destino. El tío tenía razón y con el peaje ahorramos tiempo.
Me paso toda la mañana hablando/escuchando English, pero no os aburriré con el tema. Así que iré directamente al tiempo espectacular que hacía, un Sol de primavera/verano (por cierto, ya es Primavera en El Corte Inglés!) y que el caos de coches es igual en todos sitios.
El viaje de vuelta lo hago con mejor humor, después que todo haya ido muy bien. Esta vez casi no hay cola en el puente aéreo, pero el recorrido que hay que hacer para coger el avión es bestial. Según los carteles es de 7 minutos anadando, pero veo carteles de otras puestas de embarque que hay que andar la friolera de 23 minutos! En el momento de embarcar se origina una cola guapa, en forma de L ya que no puede crecer más recta a causa de las numerosas tiendas que llenan la terminal. Y es que creo que han puesto tantas tiendas en esta nueva terminal, para que los numerosos pasajeros que pierden el avión a causa de las distancias a recorrer, tengan algo que hacer.
Esta vez he cogido El Mundo Deportivo para el vuelo, que básicamente cuenta que el Barça valora en 15 millones a Tierry Henry. Si fuera por mi que lo fichen ya, es un jugador de calidad.
Pero en la mayor parte del vuelo estoy leyendo y pensando en escribir este post. El libro de Ian McEwan está bien, pero tiene sus momentos más buenos y otros que "diserta sobre el sexo de los ángeles". Al salir me sorprendo por el hecho de que, aunque la salida está en medio del avión, los primeros en salir son los pasajeros de Business Class, ya que las azafatas estan tapando el paso para los pobres que vamos en Clase Turista.
Es por esta razón que me fijo que uno de los que van en primer es Juan Antonio Samaranch, ex-presidente del COI, que parece acompañado de otro ejecutivo de su edad más o menos (más bien menos). Pero además, él no sale por el finger como todos los mortales que vamos en el avión, sinó que baja por unas escaleras ya que hay un coche esperándolo. Pero lo mejor de todo es que una de las pasajeras que ocupaba unos de los sitios de la primera fila en turista, justo detrás de business, también va hacia la escalera. No me pondré a escribir qué papel ocupa, pero sólo comentar que me fijo en ella porque sus transparencias son de vértigo.
El camino de vuelta es el más lento. Primero porque la cola de taxis funciona fatal, ¿cómo puede ser que no haya ningún taxi esperando a los pasajeros del Puente Aéreo?
Pero el recorrido en taxi es el que se hace más rápido pues hablo de fútbol todo el rato con el amigo taxista, que también es del Barça, y que está sorprendido con las cifras que ganan los futbolistas... pues yo también!
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