Viene del post Mallorca Project 2025 - 9: La Cort - Cantina Panza - Fray Junípero Serra - Baños Árabes
A continuación nos dirigimos por el paseo que transcurre a dos niveles por la bonita bahía de Palma de Mallorca, con espectaculares vistas al Mar Mediterráneo y a la Catedral o La Seu, para visitar la Almudaina.
El Palacio Real de la Almudaina es uno de los monumentos más emblemáticos y bonitos de la ciudad de Palma de Mallorca. Su origen se remonta a la época musulmana, cuando era una alcazaba, es decir fortaleza, construida nada más y nada menos que en el siglo X. Tras la conquista de Mallorca por el Rey Jaume I en 1229, la Almudaina fue transformada en residencia real y símbolo del poder cristiano en la isla. A lo largo de los siglos, ha sido reformado y adaptado por distintas monarquías, pero siempre ha conservado su función institucional.
Lo que hace especial a la Almudaina es su mezcla de estilos. Aun conserva elementos islámicos originales, como parte de los muros y el trazado, pero predominan las formas del gótico mallorquín. El salón del trono, la capilla de Santa Ana, los patios interiores y los tapices flamencos colgados en sus estancias narran siglos de historia con una elegancia austera. Desde su terraza se obtiene una vista privilegiada sobre la bahía de Palma de Mallorca, con el mar al fondo y las palmeras en primer plano.
La visita al Palacio de la Almudaina merece la pena no solo por su valor histórico, sino también por la atmósfera tranquila que se respira en sus patios y estancias. Además, los miércoles por la tarde la entrada es gratuita para ciudadanos de la Unión Europea (incluso los niños deben mostrar el DNI), lo que lo convierte en una oportunidad ideal para conocer esta joya del patrimonio mallorquín sin coste.
Luego nos dirigimos a la Llotja de Palma, también conocida como La Lonja de los Mercaderes, que es otro de los edificios góticos más emblemáticos de Mallorca. Su construcción comenzó en 1420 bajo la dirección del arquitecto Guillem Sagrera, y finalizó en 1452. Fue diseñada como sede del Colegio de Mercaderes, una institución que regulaba el comercio en la isla durante la época de gran esplendor económico del Mediterráneo. El edificio refleja la importancia de Palma de Mallorca como puerto comercial y centro financiero en la Baja Edad Media.
La arquitectura de la Llotja de Palma es impresionante: una nave única con columnas helicoidales que se elevan como palmeras hasta el techo abovedado, símbolo de riqueza y sofisticación. La fachada presenta detalles decorativos sobrios, pero elegantes, incluyendo una gran puerta coronada por una escultura de San Gabriel. Aunque dejó de usarse como lonja siglos atrás, ha sido restaurada y actualmente se utiliza para exposiciones y eventos culturales. Su silueta frente al mar sigue siendo un testimonio del poder comercial que una vez tuvo la ciudad.
Justo al salir de La Llotja nos encontramos con dos heladerías en la Plaça de la Llotja, y picamos con un helado en Rivadeno Gelatería. Según dicen los de esta heladería, elaboran diriament gelato italiano auténtico con ingredientes frescos, naturales y sin aditivos. Además ofrecen opciones veganas y sin gluten.
Luego estuvimos paseando por el Passeig del Born, una de las avenidas más emblemáticas y elegantes de Palma de Mallorca. Su historia se remonta al siglo XVII, cuando se construyó sobre el antiguo cauce del torrente de Sa Riera, desviado tras una devastadora inundación en 1403 que afectó gravemente a la ciudad. El nombre "Born" hace referencia a los torneos medievales que se celebraban en este espacio, convirtiéndolo en un lugar de encuentro y celebración para los habitantes de Palma.
Hoy en día, el Passeig del Born destaca por su paseo central arbolado, flanqueado por majestuosos edificios y tiendas de lujo, lo que le ha valido el apodo de la "milla de oro" de Palma. Entre sus elementos más característicos se encuentran las cuatro esfinges de piedra instaladas en 1833, conocidas popularmente como "les lleones del Born". Este boulevard no solo es un centro comercial y cultural, sino también un lugar ideal para disfrutar de un paseo tranquilo, rodeado de historia y belleza arquitectónica.
Para finalizar el día, fuimos en coche hasta el restaurante Sa Farinera, ubicado en las afueras de Palma cerca de Can Pastilla, donde quedamos con unos amigos para cenar.
El restaurante Sa Farinera se ubica en un antiguo molino de harina del siglo XIX, y que en los años 60 con el auge del turismo se transformó en una parrilla pionera en la isla, donde cada uno se hacía la carne en una enorme parrilla. Ahora ya es un restaurante al uso, pero conserva elementos originales como muleas y maquinaria del antiguo molino, así como uno de los mejores restaurantes de la isla especializado en carnes a la leña. Yo me comí un buen solmillo de ternera a la brasa con patatas.
Hasta aquí la crónica número 10 del Mallorca Project 2025 de Emeshing.
Si quieres seguir leyendo las crónicas de Emeshing por Mallorca te recomiendo el siguiente post Mallorca Project 2025 - 11: Gelabert - Cuevas del Drach - Porto Cristo
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