Viene del post Mallorca Project 2025 - 2 de Emeshing.com
Nos habíamos quedado comiendo en el Port de Pollença, en el recomendable restaurante Bodega Can Ferrà. De allí estuvimos dando una vuelta por el puerto donde vimos un futurible sitio para hacer gintonics: en la terraza de La Llonja (aunque no fue el caso).
Luego de nuevo en el Fiat 600 (yo añadiría versión Max o hinchada) nos fuimos a ver el Mirador de Colomer con unas vistas impresionantes. De camino nos cruzamos con algunas cabras montesas, pero es que incluso alguna se acercó a comer de algún turista.
El Mirador de Es Colomer, también conocido como Mirador de Sa Creueta, es uno de los puntos panorámicos más emblemáticos de Mallorca, situado en la península de Formentor. Ubicado a unos 200 metros sobre el nivel del mar, ofrece vistas espectaculares del islote Es Colomer, los acantilados abruptos y el azul intenso del mar Mediterráneo. Diseñado por el ingeniero Antonio Parietti Coll en 1961, el mirador cuenta con senderos pavimentados y terrazas que permiten disfrutar de diferentes perspectivas del paisaje circundante. Desde allí, se puede contemplar la torre de vigilancia de Albercutx y, en días despejados, incluso divisar la bahía de Pollença. Es especialmente recomendable visitarlo al atardecer, cuando el cielo se tiñe de colores cálidos, creando un ambiente mágico y sereno.
A continuación el faro del Cap Formentor, donde llegar no es fácil, pero vale la pena el recorrifo. Unos acantilados impresionantes, al estilo escocés, y un viento como de Tramuntana empordanesa. El mar azul oscuro profundo de lo más bonito.
El Faro del Cap Formentor, situado en el extremo norte de Mallorca, es una de las construcciones más emblemáticas y desafiantes de la isla. Inaugurado en 1863 se alza a 210 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en el faro con el plano focal más alto de Ses Illes Balears. Su edificación fue especialmente compleja debido al terreno escarpado y aislado de la península de Formentor, lo que requirió la apertura de un camino especial y la participación de más de 200 obreros que trabajaron incluso en días festivos, con la autorización del obispo de Mallorca para celebrar misa en un altar improvisado . Hoy en día, el faro funciona con energía solar y está telecontrolado, y las antiguas viviendas de los fareros se han reconvertido en servicios turísticos, ofreciendo a los visitantes una experiencia única en un entorno natural de gran belleza
Por cierto, allí y en casi toda la Isla de Mallorca hay una moda impresionante de ciclistas. Me gusta que la gente disfrute haciendo deporte, pero a la vez hace peligrosas algunas de las carreteras sin arcén, con mucha cuesta y en el que las curvas hacen casi imposible o extremadamente peligroso adelantar.
De vuelta, paramos en Pollença. Calles estrechas, piedra cálida, ambiente local. El primer, pero no el único pueblo en el que se ve el dinero por sus calles cuidadas, y las fachadas restauradas.
Luego entramos a la Esglèsia de la Mare de Déu dels Àngels de Pollença, un templo que se alza majestuoso en la Plaça Major desde su fundación en 1236 y en donde destacan sus impresionantes pinturas en el techo:
Aunque la fachada de piedra arenisca de la Iglesia de la Mare de Déu dels Àngels puede parecer sobria, el interior sorprende con una rica decoración barroca: retablos dorados, pinturas murales y un pavimento de baldosas hidráulicas con el emblema del gallo, símbolo heráldico de la villa. El altar mayor, obra del escultor mallorquín Pere Joan Obrador, acoge una imagen de la Virgen de los Ángeles, rodeada de esculturas de santos y arcángeles. En las capillas laterales, destacan las pinturas del Vía Crucis realizadas por el artista argentino Atilio Boveri, que aportan un toque artístico singular al conjunto. A pesar del poco tiempo disponible, la visita dejó una profunda impresión, revelando la riqueza histórica y artística que alberga este emblemático templo de Pollença
La plaza del centro es muy bonita, y de allí se vislumbran los primero escalones del Calvari, que cuenta con 365 escalones, uno por día del año. No lo llegamos a subir completo el Calvari. Escaleras alargadas, infinitas, rompe piernas, pero con vistas muy bonitas.
El Calvario de Pollença es uno de los lugares más emblemáticos del municipio mallorquín, situado en lo alto de una colina a la que se accede por una escalinata de 365 peldaños, uno por cada día del año. Flanqueada por cipreses y cruces de piedra, la subida culmina en una pequeña capilla barroca del siglo XVIII dedicada al Santo Cristo. Desde lo alto se obtienen impresionantes vistas del casco antiguo de Pollença, el valle circundante y, en días despejados, incluso del mar. Este lugar combina valor religioso, histórico y paisajístico, siendo especialmente popular durante la Semana Santa, cuando se celebra la emotiva procesión del “Davallament” o descenso de Cristo.
Para cenar teníamos reserva en uno de los restaurantes más recomendados de la isla: El Figueret. Una merecida pausa en una bonita mesa redonda donde disfrutamos del bacalao y de otros pescados.
Mallorca no decepciona. Mañana, más.
To be continued on post Mallorca Project 2025 - 4 de Emeshing.com
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