"El mayor acuerdo comercial de China después del viaje a Pekín del presidente Nixon en 1972 fue un pedido de trece de las más avanzadas plantas de amoniaco-urea del mundo a la empresa tejana M. W. Kellogg. En 1984, el país terminó con el racionamiento de alimentos en las ciudades, y en el año 2000 su provisión de alimentos per cápita era mayor que la japonesa. La única forma de conseguirlo fue romper la barrera de nitrógeno del país y elevar la cosecha anual de cereales a más de seiscientos cincuenta millones de toneladas. Los informes más fiables sobre el uso de nitrógeno en la agricultura de China muestran que alrededor del 60 por ciento de los nutrientes destinados a los cultivos del país provienen del amoniaco sintético: la alimentación de tres de cada cinco habitantes de este país depende, pues, de la síntesis de este compuesto. La media mundial es de alrededor del 50 por ciento. Esta dependencia justifica con facilidad por qué se califica la síntesis de HaberBosch del amoniaco como, quizá, el avance técnico más trascendental de la historia. Otros inventos, como bien juzgó William Crookes, se ocupan de aumentar el bienestar, la comodidad, el lujo, la riqueza o la productividad, y otros aun nos salvan de la muerte prematura o de la enfermedad crónica. Pero sin la síntesis del amoniaco no podríamos garantizar la mera supervivencia de la población de hoy y de mañana"
from "Cómo funciona el mundo: Una guía científica de nuestro pasado, presente y futuro" by Vaclav Smil, Francesc Pedrosa MartínTweet
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