El año pasado se acabó la construcción de la espectacular nueva sede de Gas Natural en Barcelona, ubicada en la Barceloneta. El edificio fue diseñado por el arquitecto Enric Miralles y por Benedetta Tagliabue, al ganar el concurso de ideas para la nueva sede que convocó Gas Natural.
Pues bien, aunque el edificio era totalmente nuevo y se supone que se ha realizado con lo mejor del momento, "Gas Natural deslojó su sede central por una rara enfermedad en la piel de los trabajadores". Y esta vez no se trata del fumar mata, o del trabajar (demasiado) mata, sino que los trabajadores de este edificio experimentaban problemas desde su traslado a las nuevas oficinas.
Concretamente 150 trabajadores, de los 1000 que tiene la sede central de Gas Natural, casi todo mujeres, estaban afectados por una enfermedad dermatológica denominada lipoatrofia semicircular. Según las investigaciones se trata de un síntoma del Síndrome del Edifio Enfermo, que ocurre cuando los sistemas de ventilación son cerrados, con campos eléctricos, materiales metálicos en el mobliario y baja humedad en el ambiente.
Parece mentira que un edificio nuevo, tan moderno, bonito y supongo dotado con las últimas tecnologías sea un edificio enfermo. Pero parece que cuanto más inteligente y moderno sea un edificio, peor es para los trabajadores que deben habitarlo 12 horas diarias...
Se ve que no es la primera vez que ocurre, ya que se conoce esta enfermedad desde 1974. Pero el caso más conocido se produjo en 1995, cuando se detectaron unos síntomas muy parecidos en muchos de los empleados del banco KBC en Bruselas. En esa ocasión el banco acababa de mudarse a un nuevo edificio con más de 900 empleados afectados de lipoatrofia semicircular.
Finalmente parece que lo han podido solucionar con un workaround, que desde mi punto de vista inexperto parece del todo insuficiente. Lo que han hecho es instalar 45 humificadores repartidos en las 20 plantas del edificio, y han instalado más tomas de tierra en las mesas para descargar la electricidad estática. ¿No se dan cuenta que el problema persistirá, sin reciclaje del aire del edificio, y sin un estudio serio de los campos eléctricos que están perjudicando a sus empleados?
De esta forma han podido reabrir la nueva sede de Gas Natural en Barcelona, aunque algunos de los trabajadores deben irse recuperando de las secuelas.
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