Pues hoy 5 de Noviembre de 2008 Barack Obama se ha proclamado Presidente de los Estados Unidos de America. Su discurso Yes we can ha consegido aglutinar una gran cantidad de gente que lo ha apoyado activamente durante la campaña, más de 1 millón de personas, ha conseguido recoger más dinero que cualquier otro candidato que se haya presentado nunca a la Presidencia de USA, y finalmente en las urnas.
Barack Obama ha hecho un pequeño discurso de unos 15 minutos en su cuartel general de campaña, ubicado en el Grand Park de Chicago (Illinois), en el que confirmaba que el largo recorrido de campaña ha llegado a buen puerto. Ahora le toca ponerse al frente de USA ante los grandes problemas económicos que arrastra el país.
Personalmente creo que la euforia con Obama ha sido desmesurada, ya que difícilmente será capaz de hacer tantos cambios como la gente piensa, pues el establishment político en USA es importante, de la misma forma que en otros países.
De alguna manera me ha recordado a Zapatero, que tuvo capacidad de prometer y motivas a los votantes, pero luego quizá fue un tanto bufff y no fue capaz de llevar todas las promesas o esperanzas de los votantes a la realidad.
Espero que Barack Obama sí consiga realizar un verdadero cambio en USA, creo que todo el mundo incluso nosotros lo notaríamos. Aunque según dicen, tanto la crisis económica como Iraq son dos bazas que utilizó para ganar las elecciones, y que tienen una difícil solución...
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1 comentario:
También tengo dudas de que vaya a hacer algo realmente distinto (y en este caso esas dudas son casi convicción), pero también está claro que mejor Obama que un candidato rancio que representa todos los estereotipos del país (si ves la lista de condados, McCain gana en un porcentaje abrumador de condados que no tienen un gran núcleo poblacional, allí donde los estereotipos son más claros).
Los cambios... para empezar ya se sabe que durante los dos primeros años muchas cosas no podrá hacer porque, básicamente, no tendrá dinero para ello. Y además, seamos realistas, el poder en las naciones desarrolladas no lo tiene la clase política: está en manos de unos cuantos intereses económicos. Y en Estados Unidos, más aún.
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