Cola en el Caprabo

Normalmente hago la compra en el Condis, e incluso en ocasiones en el Mercadona, pero esta vez iba con unos amigos y entramos a comprar algunas bebidas y comestibles en el Caprabo.

No recuerdo exactamente lo que cogimos, pero poca cosa: unas coca-colas, unas cervezas, tomates, lechuga, cebollas, zumo de naranja, leche y alguna otra cosa.

Pues estábamos en una de las colas que se suelen formar en las cajas, y ya parecía que nos tocaba después de una señora que se había gastado unos 50 Euros para alimentar a sus dos hijos: un chaval de unos 15 años y una niña de unos 12.

Pues bien, la mujer intenta pagar con una tarjeta, pero la cajera le comunica amablemente que no funciona bien. Así que prueba con otra tarjeta y bingo!, funciona. Todo parecía presagiar que ya nos tocaba, pero entonces la mujer pide hacer una recarga de móvil Vodafone. La clienta le da 10 €uros, que pide poner a un número de teléfono móvil.

Pero entonces el hijo también pide poner 5 €uros a otro móvil Vodafone. Al decirle el número se equivoca así que se lo repite 2 veces. Pero el colmo es cuando el chaval le da un billete de 20, la cajera le da 15 de cambio, y el niño dice: "y ahora 10 en un Movistar".

Yo me giro para no decir ningún improperio, y veo que la mujer que llevo detrás en la cola y que únicamente lleva una Coca-cola light, pone una cara parecida a la mía pensando: "joder con el niño".

Después de que el jodido niño le de los 10 €uros de la recarga, y sin hacer ningún ademán de broma, le vuelve a decir a la cajera: "y ahora 5 en este otro móvil". La cajera le pregunta "¿Movistar, Orange o Vodafone?". Y el chaval contesta que es un teléfono móvil de Telefónica.

Yo no sabía dónde mirar... No se tratava de una broma, era la cuarta recarga que hacía la familia, con una cola en la caja que flipas! A la mujer de atrás ya le era igual. Y mis amigos alucinaban: o el chaval tenía muchas novias (lo dudo) o es que era un "gualtrapas" es decir un negociante.

Hasta aquí la historia de la cola en el Caprabo. Lo que me extrañó es que la cajera no saltara de los nervios, ni le dijera nada al jodido chaval.
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