La gincana ha emezado con el RER de Versailles al Boulevard Victor, y de allí un tranvía que nos ha devuelto al hotel. Allí unos cuantos se han ido en taxi, y otros nos hemos ido en metro, previo paso por una Boulangerie. Donde hemos comprado unos bocadillos de jamón y queso al estilo francés, con mantequilla, y algunos pastelitos. Hemos cogido la línea 4, luego la 12, y para acabar la 1 para llegar a la estación de Porte Maillot.
Hemos llegado con solo 5 minutos antes de la hora de salida del autobús que nos tenía que llevar al aeropuerto. Al llegar le he preguntado al que organizaba el tema del autocar si cabíamos 4 personas, y me ha dicho que tenía que mirarlo. Así que se ha subido al autocar a contar cuantos asientos libres tenía.
Justo en ese momento ha llegado una chica y le ha preguntado si podía coger el autocar, ya que ella decía que tenía que coger un avión. Entonces el tío se lo ha tomado a cachondeo, se la ha quedado mirando, y con los dos dedos índices en las sienes, le ha dich en francés algo así como: "veo tu futuro... y es llegando a Beauvais.
Al final hemos podido subir todos al autocar que iba lleno, y hemos aguantado 1 hora y cuarto de viaje en los asientos del final del autocar, mientras que la pareja norteamericana que tenía justo delante no paraba de hablar en un tono bajito y con un acento muy marcado. Mis compañeros de viaje iban cayendo abatidos en un profundo sueño, y yo no he caído rendido hasta que no han cerrado el aire condicionado y con la calor también me he puesto a dormir. Pero hemos llegado al poco rato que intentara dormir, y encima el cambio de temperatura ha sido fuerte, ya que se había puesto a llover.
El aeropuerto de Paris Beauvais es más pequeño que el de Girona, y la verdad es que es muy cutre, con sólo 4 puertas de embarque y con una sala de espera pequeñísima para la gran cantidad de guiris. Por suerte, nosotros hemos encontrado un asiento que hemos aprovechado como campamento base para las maletas, mientras hacíamos cola en la puerta B.
Suponíamos que era la puerta B la del vuelo a Girona - Costa Brava, ya que no había salido anunciada en las pantallas de información. De la misma forma los que se iban a Roma Ciampino también hacían cola en la puerta B, aunque su vuelo tenía prevista su salida antes que el nuestro. Mientras los de la puerta A tenían claro que se iban a Varsovia.
Pues bien, en el momento más inoportuno, anuncian por megafonía y en francés que el vuelo a Ciampino realizará el embarque por la puerta C. De golpe todos los italianos en masa se fueron al acceso C, e incluso la llamada era anunciada por las pantallas de dicha puerta.
Pues aún no había pasado ni un minuto que, por megafonía rectifican diciendo que por la puerta C se realizará finalmente el embarque del vuelo a Girona e incluso por las pantallas. Entonces el kaos fue brutal: los italianos volvían a la cola de la puerta B, mientras que los catalanes asaltábamos la cola C como si se tratara de una guerra. Yo he cogido las dos maletas y me he lanzado a la puerta C, y gracias a eso he sido el 15 en la cola aproximadamente.
Ahora escribi este último post en la Moleskine desde el vuelo de vuelta París - Girona a bordo de un Boeing 737-800 de Ryanair.
PD: A casa llegué pasada la 1:30h de la madrugada cuando al día siguiente tenía que trabajar...
Tweet
No hay comentarios:
Publicar un comentario