"«Lo de Magic era de locos —afirma el pívot suplente Mark Landsberger—. Una vez salí por ahí con Wilt Chamberlain, a la inauguración de algún club, y se le acercaron unas quince o veinte chicas blancas. Magic superaba eso con creces». Johnson era una rareza dentro del estrellato de Hollywood: su éxito había llegado de la noche a la mañana. No era el típico actor que se había pasado años limpiando mesas antes de aprovechar su gran oportunidad. No, Magic se convirtió en Cary Grant al instante, con todos los focos sobre él y un trato vip que le abría todas las puertas de la ciudad. En poco tiempo, empezaron a lloverle patrocinadores, muy por encima del mismísimo Abdul-Jabbar, hasta entonces el más famoso de los Lakers. Si encendías la tele, podías verle anunciando 7-Up, Spalding, una empresa de fotocopiadoras y una marca de ropa especializada en calzoncillos. Incluso tenía su propia galleta de chocolate con su nombre. Por el contrario, Nixon era solo Nixon. Buss"
from "Showtime: Magic, Kareem, Riley y la dinastía de Los Ángeles Lakers en los años 80" by Jeff Pearlman, Guillermo Ortiz
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