Después de comer, Adriana, mi hermana y yo nos fuimos de compras para los regalos de Navidad. Fuimos en metro y estuvimos hablando durante todo el trayecto de los regalos a hacer. Precisamente mi hermana comentaba que se había puesto unas bambas (zapatillas deportivas) doradas, un tanto hechas polvo, que estuvo a punto de tirar. Mi hermana se fue por un lado, y Adriana y yo nos fuimos en busca de algunos regalos que nos faltaban.
Mientras me atendía la dependienta en una tienda me llamó mi hermana desde su móvil. Me llamaba porque tenía muchas ganas de explicarme la historia de lo más surrealista, pero totalmente cierta, que os voy a contar a continuación:
Resulta que mi hermana estaba en la zona de Portal del Angel - Puerta Ferrissa, mirando un escaparate de zapatos, cuando un hombre se le acercó por detrás. El hombre tenía unos 60 ó 70 años, tenía un marcado acento extranjero, no iba bien vestido, y además olía a alcohol. El hombre le preguntó a mi hermana si le podía comprar la bambas doradas que llevaba.
Mi hermana de buenas a primeras le dijo que no. Pero el hombre insistió, argumentando en pocas palabras que las quería para una exposición en París, ya que él era pintor. Le ofrecía 50 €uros.
Entonces my sister le preguntó que cómo se volvía ella a casa, y él le contestó que le compraría otras nuevas, e incluso que no por 50 sino por 60 €uros. Entonces mi hermana se lo tomó en serio, y le dijo que si se podía comprar unas bambas que había en el escaparate por 58 €uros.
Como el misterioso hombre le contestó afirmativamente, entró en la zapatería pero no tenían su número. Entonces le preguntó si podía probarse otras bambas que aunque valían 150 €uros estaban rebajadas a 68 €uros. El hombre le dijo que adelante, y entonces mi hermana las pidió a la dependienta y se las probó.
Le sentaban genial y se las quiso quedar. ¿Qué os parecen las bambas nuevas de mi hermana?
En el momento de pagar el hombre se sacó varios billetes de 20€ de una pequeña cartera y pagó las zapatillas deportivas. Le pidió la bolsa a mi hermana para poderse llevar las bambas doradas medio destrozadas, mientras que mi hermana se llevaba puestas las nuevas.
El hombre misterioso y mi hermana se dieron la mano a la salida de la tienda, como si se tratara de un negocio o más bien un trato. Mi hermana le pidió alguna tarjeta por si realizaba alguna exposición, pero al hombre no se le entendía demasiado así que se despidieron.
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3 comentarios:
Como siempre, la realidad siempre supera a la ficción. Yo tengo unas zapatillas hechas caldo aquí en mi casa. ¿Ese hombre aún está por allí?.
Jo en tinc vàries per tirar a més de molta roba feta caldo de nen petit.
Per uns quants bitllets de 500, li pago el viatje fins a casa, li deixo que em desvaliji l'armari de trastos, i a més li regalo una ampolla de Don Simón.
Narcisista?
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