Recientemente he asistido de forma virtual a las charlas, debates y webinars respecto a cómo teletrabajar, a cómo enfrentarse al confinamiento, y a cómo deben adaptarse las empresas a esta nueva realidad. Me gustaría tratar hoy de este último punto, pues es tal la crisis que se augura pondrá en peligro gran parte de las empresas, sobretodo pequeñas y medianas, de nuestro ya lastrado panorama económico.
Algunos de los expertos que me gustaría recomendar desde aquí como Xavier Marcet, Fernando de la Rosa, Sergi Corbeto, Javier Creus o Miquel Lladó dan su punto de vista del escenario tan VUCA al que nos enfrentamos.
Algunas ideas que quiero compartir en este mi blog Emeshing.com:
En nuestras empresas debemos poner en marcha un plan de contingencia que nos permita de forma creativa y flexible seguir trabajando en búsqueda proactiva de oportunidades de esta nueva realidad. Nadie estaba preparado para estar pandemia global, pero para podernos enfrentar debemos revisen nuestros activos físicos y humanos para ver qué capacidades pueden desarrollarse sacar provecho de ellas.
Mucho su había hablado de la transformación digital antes de esta crisis, pero pocas eran las empresas que se lo tomaban en serio. Pues no han sido los gurús, ni el mercado, ni los clientes, ni el CEO ni el CIO y menos el CFO el que ha conseguido la transformación digital... la verdadera disrupción ha llegado de repente y de forma abrupta por parte de un virus que todos recordaremos: COVID-19 Ó SARS-CoV-2.
Muchas fueron las empresas que tuvieron que poner en marcha un plan de urgencia para que sus trabajadores pudieran seguir desempeñando más roles desde casa: abriendo permisos, planchando portatiles, permitiendo que los trabajadores se llevaran su PC torre, ampliando los recursos VPN, contratando servicios en el Cloud, ampliando ancho de banda, rescatando planes de continuidad o contingencia que nunca se llegaron a probar, permitiendo el teletrabajo que en algunas empresas era tabú o incluso contratando servicios de videoconferencia.
La verdad es que se presentan retos inesperados en las organizaciones que se les prometían felices recortando puestos de trabajo para mejorar la productividad, aumentando los beneficios, pero sin tener en mente la importancia de la resiliencia de cada uno de los aspectos de su negocio.
El primer ejercicio que se debería realizar en todas las organizaciones es respaldar a las personas de la empresa, algunos con panoramas desoladores, y tratar de alinearlas en la nueva realidad. Tratar de que cada uno de ellos / ellas pueda hacer frente y ser capaz de ayudar a la empresa para salir del bache de dimensiones desconocidas.
Y es que es en este tipo de oportunidades que se presentan, dónde debemos ser capaces de sacar la mejor creatividad e ideas de nuestros trabajadores, para pensar en nuevos modelos de negocio para salir de la crisis. Uno de ellos ha sido la reconversión de algunos hoteles en extensión de hospitales, pero seguro que hay más.
Por último, pero no por ello menos importante, dedicar a contactar telefónicamente con cada uno de nuestros clientes para saber cómo están y ver cómo podemos ayudarles. Quizás también con nuestros proveedores. Si en estos momentos tan complicados no tenemos la flexibilidad necesaria y la orientación para estar al lado de nuestros clientes, difícilmente podemos vislumbrar un futuro para nuestras empresas.
A mi me ha gustado la reacción de pequeños comerciantes locales para reconvertirse distribuyendo fruta, verdura, carne, pescado y otros comestibles a domicilio para tratar de evitar su cierre. Hay que pensar que grandes cadenas como Mercadona han acaparado el mercado durante este mes de confinamiento, reduciendo en gran medida las posibilidades de los pequeños comerciantes.
Como consumidor seguramente seré mucho más fiel ahora y en el futuro post-crisis, en aquellos comerciantes que hayan flexibilizado y adaptado su oferta en estos momentos. Me refiero a aquellos comerciantes que han sabido aportar el valor en estos momentos de confinamiento para llevar de forma gratuita la compra a los clientes.
De la misma forma aquellos supermercados online que, en un primer momento cerraron su servicio a domicilio, pero luego se adaptaron a la nueva realidad permitiendo de nuevo los pedidos a domicilio.
Quizás el más beneficiado haya sido el que estaba más digitalizado: Amazon. Aunque algunos proveedores no fueran tan ágiles, Amazon siguió sirviendo a domicilio aunque con payos superiores desde el primer momento aumentado mi facturación.
Para finalizar esta reflexión os dejo dos pases de @Titonet o Fernando de la Rosa que sintetizar esta gran disrupción del COVID-19 en nuestros empresas:
"Esto es un examen de digital" y yo añadiría y no hay vuelta atrás.
"Baja la marea, y se ve quién va en bañador y quién va sin él" .
PD: Tratando de conseguir la mona para mi ahijada, estuve mirando diferentes pastelerías de mi zona y ninguna tenía una página web en condiciones y menos con compra online a domicilio. Suerte que encontré un pastelería que vía teléfono se aceptó el pedido amablemente a domicilio. Así pues también las pastelerías han tenido que digitalizarse para adaptarse a esta nueva realidad.
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