"El imperio del dolor: La historia secreta de la dinastía que reinó en la industria farmacéutica" by Patrick Radden Keefe
"Cuando Richard Sackler se graduó en la Facultad de Medicina, Félix Martí Ibáñez había tratado de hacerle entender la buena reputación de la que disfrutaría en su vida por llevar el apellido Sackler. Eso aún era más cierto ahora, y quizá en Londres más que en ningún otro lugar. En el Reino Unido, el nombre se encontraba literalmente por todas partes: estaba el Edificio Sackler en el Royal College of Art; el Centro de Educación Sackler en el Museo Victoria and Albert; la Sala Sackler en la National Gallery; el Salón Sackler en el Museo del Londres; el Pabellón Sackler en el teatro Nacional, o los Estudios Sackler en el Globe Theatre. En 2013, el nombre de la Galería Serpentine se cambió a Serpentine Sackler, con una gala de inauguración presentada por la revista Vanity Fair y por el alcalde de Nueva York, Mike Bloomberg, que era amigo de la familia. Una de las vidrieras de la abadía de Westminster estaba dedicada a Mortimer y Theresa. Decorada en bonitos tonos rojos y azules, representaba los sellos de Harvard, Columbia, NYU y otros beneficiarios de la generosidad de la familia. «M&T SACKLER FAMILY. PEACE THROUGH EDUCATION», se leía en la ventana. El afán de los Sackler por dejar su nombre en cualquier legado, grande o pequeño, tuvo quizá un punto culminante surrealista en la Tate Modern, el enorme templo al arte moderno que ocupa una antigua central eléctrica en la orilla sur del Támesis, donde una placa de plata informa a los visitantes que acaban de tomar la Escalera Mecánica Sackler."
leído en el libro "El imperio del dolor: La historia secreta de la dinastía que reinó en la industria farmacéutica" by Patrick Radden Keefe, Francesc Pedrosa Martín, Luis Jesús Negro García, Albino Santos Mosquera
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