Subimos al jeep y empezamos la primera parte del safari por el interior del cráter del Ngorongoro, cuyas condiciones climáticas, la tierra y la flora hacen que proliferen las especies que se concentran. Se trata de un espacio enorme, así que hay espacio para todos los animales.
Tuvimos ocasión de ver y observar de cerca un guepardo (cheeta) que estaba descansando. Qué alucinante experiencia!
También pudimos observar cebras, ñus, cervatillos y diferentes tipos de pájaros.
Y hasta búfalos que según nos comentó el guía son violentos, aunque se trate de animales herbívoros.
Otra escena espectacular fue ver como una leona, con una vistosa herida en la parte trasera se paseaba entre los jeeps que nos empezabamos a agolpar para poder fotografiarla.
También dos elefantes que seguían su camino cruzándose por nuestro camino, y claro que les cedimos el paso! Me habían dicho que eran animales peligrosos, pero de cerca hasta parecían dóciles. Son peligrosos porque tienen la capacidad de hacer volcar el jeep...
A la hora de comer hicimos una especie de picnic en una zona que el guía aseguraba ser segura (valga la redundancia), aunque yo no veía la diferencia con el resto de zonas del recorrido.
Por la tarde tuvimos ocasión de ver otro guepardo que dormía subido en un árbol, una manada de elefantes que se tomaban un refrigerio.
Luego estuvimos fotografiando una magnífica escena de un león, rodeado de leonas y todos durmiendo la siesta en la pradera. También no tuvieron ningún amago de violencia, sino que seguían durmiendo, aunque el león parecía que dormía con los ojos abiertos. Finalmente se despertó...
También vimos hienas y chacales en Ngorongoro Conservation Area (NCA)
Para cenar nos quedamos en el hotel y disfrutamos de la carne de la zona y algunos platos típicos.
To be continued
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