Ayer noche dejé un pedido de desayuno en la puerta de la habitación, pero sin que se enterara Adriana. Así que esta mañana, a eso de las siete y pico, cuando ya estábamos despiertos, nos llamaron a la puerta con un peazo desayuno para dos... breakfast in our room.
Ya que no pude comprarle nada a Adriana nada en Tiffany's, almenos un breakfast como Diós manda, aunque no sea Breakfast en Tiffany's. El desayuno constaba de zumo de naranja recién exprimido, creppes de chocolate y frutas, tostadas con mantequilla y mermelada, croissants, magdalenas (o muffins), y capuccinos... casi nada!
Después del festín en la habitación del hotel, nos dirigimos andando a la NikeTown, pues las Vomero que me había comprado y probado, esta mañana me las notaba justas. Así que con el ticket de la tienda, fuimos hasta la tercera planta de la NikeTown, donde se encuentra el Costumer Service. Allí me cambiaron por 1/2 número más, del 10 al 10 1/2. Al realizar el cambio me regalaron el 20% en compras, así que me compré una camiseta en la NikeTown.
Luego, ya con las nuevas bambas puestas, fuimos hasta el Rockefeller Center, donde se encuentra uno de los mejores miradores de Manhattan: el The Top of The Rock. Allí subimos por 20$ cada uno hasta el piso 67 a toda leche, y luego hasta el 69 con las escaleras mecánicas.
La vista de la ciudad desde el The Top of The Rock es acojonante. Se divisa perfecta el Central Park, con el Upper West Side y el Upper East Side perfectamente delimitados.
Luego se distinguen perfectamente edificios como el Empire State Building, con el Financial District al fondo, el Chrystler Building...
Al bajar de este edificio del Rockefeller Center, te dejan ver ña foto que hacen antes de subir, sobre una típica guía con el fondo de Manhattan. Picamos aunque era cara, como recuerdo de la experiencia del The Top of The Rocks, y además incluía 4 fotos de medida más pequeña con las que hacer un magnet.
A continuación bajamos por la 5th Avenue viendo tiendas tan chulas como los almacenes Sacks. Entramos en estos grandes almacenes de lujo, con 8 plantas a cuál más cara. Toda la tienda es a base de marcas con precios inalcanzables. Como anécdota, sólo deciros que Adriana ha tenido en la mano unos zapatos Christian Laboutin de 1500 dólares, pero en cambio no llegamos a preguntar por el precio del bolso Louis Vuitton original que nos enseñaron días atrás en Chinatown.
Luego, siguiendo por la Quinta Avenida, entramos en la famosa librería Barnes & Noble, una cadena de tiendas en la que siempre había querido entrar. Allí me compré mi habitual revista Wired, así como un calendario del 2009 con unas fotos muy chulas y representativas de New York.
Para comer hemos optado por un restaurante típicamente americano, con la mayoría de clientes autóctonos. El restaurante en concreto se llama The Red Flame y desde una de sus mesas estoy redactando este post en mi Moleskine.
Tweet
No hay comentarios:
Publicar un comentario