La playa de Suances es enorme. La distancia entre el inicio de la playa y el agua es tan grande que la gente coloca sus toallas a gran distancia entre sí. Nada que ver con las playas de la Costa Brava los domingos por la mañana...
La verdad es que era muy agradable estar leyendo mientras el calor del Sol da de lo lindo y éste es contrarestado por una agradable e incesante brisa marina.
Me puse a leer el libro de Flashforward de Robert J. Sawyer que empecé hace unos días en Blanes, y que me dejó George después que él se lo puliera en apenas 3 días. Y me quedé dormido... Por suerte no me quemé, y aunque ya eran las cuatro de la tarde, nos fuimos a comer.
Nos sentamos en una terraza de un bar chiringuito en el paseo marítimo. Allí comimos y nos refrescamos con unas cervecitas. Y luego otra vez a la playa. Esta vez Adriana fue a bañarse, pero a mi no me apeteció.
Seguí leyendo Flashforward, que por cierto está muy interesante, hasta que decidimos levantar la parada e ir al hotel a ducharnos.
Después de la ducha nos arreglemos para ir a cenar a Torrelavega. Primero visitamos el centro del pueblo, para luego cenar en la terraza de un bonito restaurante a base de pulpo a la gallega y pimientos de primero. Luego dorada para Adriana y lubina para mi, todo ello regado con un bueno vino blanco que nos recomendaron de la zona. En concreto un Casa Micaela con denominación de origen Cantabria. Vaya, una cena muy buena para celebrar las vacaciones juntos.
De Torrelavega nos volvimos hasta Suances a dormir.
Mañana más en Emeshing.com
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