jueves, septiembre 28, 2006

Trayecto Madrid-Barcelona

Llegué a la Terminal 4 de Barajas en taxi a eso de las 20:15h esperando regresar lo más pronto a mi ciudad. Después de andar llevando la maleta con ruedas a rastras, llegué hasta los mostradores de facturación que tiene Iberia dedicados al Puente Aéreo o Pont Aeri.

Al mirar las pantallas me quedé atónito al comprobar que el avión que se estaba sorteando en ese mismo instante ya era el que sale a las 22:45h de Madrid-Barajas, y que por lo tanto llega a las tantas a Barcelona. La cola no era numerosa, pero quise comprobar que los problemas de la ida no se volvían a repetir intentando sacar la tarjeta de embarque des de las máquinas de facturación automática sin equipaje a facturar. Esta vez no tuve ningún problema...

Para los que no estén acostumbrados o no conozcan bien el Puente Aéreo Barcelona-Madrid, decir que el avión que sale de Barajas a las 22:45h es como el coche escoba, bueno en este caso el avión escoba. Y es que es el encargado de recoger todas aquellas personas que aún no han podido salir en vuelos anteriores y que hasta pasadas las 22h llegan al aeropuerto para volver a Barcelona.

Como tenía más de dos horas por delante sin nada que hacer, estuve un buen rato hablando por teléfono para saber como estaban las cosas en mi ciudad, enterándome del descarrilamiento del tranvía que va por la Gran Vía de les Corts Catalanes, o de que la lesión de Eto'o es más grave de lo que al principio se decía.

Pasadas las nueve de la noche me decidí a pasar por el control de equipajes y buscar algún sitio para cenar, auqnue la verdad es que hubiera preferido llegar un poco más temprano a mi casa y haber hecho una cena casera. El restaurante La Pausa ubicado en un lugar estratégico de la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, fue el primer sitio que vi con buena pinta y no me lo pensé dos veces al entrar.

Un montón de gente, normalmente hombres de mediana edad solos estaban empezando a cenar o esperando la llegada de su cena. Yo me permití el pequeño capricho de pedir lubina y sin más me fue a dar una vuelta por las tiendas. Por si acaso pregunté a qué hora cerraban, y me aseguraron que hasta las diez y media de la noche estarían abiertas. Aunque debo confesar que finalmente no compré nada.

Justo cuando cerraron las puertas me fui a hacer la cola de embarque en la puerta K65 del aeropuerto, y aunque fuimos entrando casi puntualmente, la salida del avión fue mucho más tardía de lo esperado. En lugar de las 22:45h la hora de despegue fue las 23:15h. Cuando me senté en mi asiento estaba más preocupado del equipaje que de otra cosa, y me puse a leer "El Origen Perdido" de Matilde Asensi, que aun no he terminado. Al cabo de un rato un seño me asegura que debe haber algún error, perque ese es su asiento, y al mirar hacia arriba compruebo que me he sentado justo una fila por detrás.... debe de ser el sueño.

A medio vuelo consigue dormirme, auqnue los ronquidos del hombre sentado justo a mi derecha no ayudan a conciliar el sueño. Al llegar a Barcelona consigo coger rápidamente un taxi y llego a casa pasadas las 00:30h, vaya paliza de viaje de vuelta!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por haber sobrevivido a la visita madrileña. No puedo comentar mucho más sobre el resto de la visita ya que mis conocimientos de catalán son nulos y estoy muy vago como para hacer el esfuerzo de entenderlo :D. Eso sí, lo de ir al Bernabéu.... lo único bueno de ese sitio es la calefacción que tienen en invierno :).